El armisticio

El Real Madrid ha lavado su imagen, lo cual ni siquiera debería ser noticia. Pero lo será hasta que los madridistas, sólo ellos, vuelvan a emponzoñarla. No hay que descartar que en los albores de mayo, con el florecimiento de las candidaturas, lo que llaman paz sólo sea herrumbre. Hay demasiadas cuentas pendientes, más que amor y respeto a la institución.Ramón Calderón se plantea, en serio, concurrir a los comicios, como si Nanín, Bárcena y sus dos años y medio de turbulento mandato no existieran. El socio no le perdona y él no perdona a Florentino, a quien atribuye su ruina. Compartió seis años de directiva con él, ha hecho la carrera de presidente, dispone, sugiere, de información comprometida contra el presunto, porque FP no ha dicho ni mu, candidato. Busca venganza. Es su derecho y, quién sabe, puede que otra de sus equivocaciones. A la escucha, Eugenio Martínez Bravo, la novedad, más futuro que presente, convencido de su triunfo porque estima que con el nuevo voto por correo a Florentino se le han evaporado 10.000 apoyos. Saldrán otros candidatos, más el «friky» de turno; cruzarán acusaciones, venderán humo; en medio, el Real Madrid, donde la paz empieza nunca.