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El Barça se topa con Siskaukas

El Barça se topa con Siskaukas
El Barça se topa con Siskaukaslarazon

La historia del Barça con la «Final Four» es la historia de un desamor. La de un equipo que persigue un sueño y que se esfuma cuando lo tiene más cerca. Con la excepción de lo ocurrido en Barcelona, en 2003, el bloqueo que sufre el conjunto azulgrana cuando llega a la fase final de la Euroliga es digno de un profundo estudio. De un análisis que no tiene conclusiones palpables. Es algo paranormal. El Barça tuvo ayer el pase a la final en sus manos, dominó casi todo el partido, pero un último cuarto horroroso y el acierto de Siskaukas le bajaron a la tierra con la misma brusquedad con la que un rinoceronte chocaría contra una pared. Era un duelo desigual, a priori. El Barça es uno de los «grandes», pero sólo tiene un título y, enfrente, el CSKA jugaba su séptima «Final Four» consecutiva. En los banquillos tampoco había color. El todopoderoso Messina contra el inexperto Pascual. Pero había que jugar y, durante 33 minutos, todos los galones rusos no sirvieron para nada. Hasta que apareció el invitado de turno. La nueva bes- tia negra del Barça y van... Los azulgrana habían dominado el marcador desde el primer minuto. No habían perdido la de- lantera y su estilo de juego se imponía al del CSKA. El primer cuarto fue casi perfecto. Un «2+1» de Santiago colocaba al Regal Bar- ça once puntos arriba (17-6), la máxima diferencia del partido. Los de Pascual defendían fuerte y encontraban canasta con facilidad. Pero los árbitros también dejaron claro que iban a pitarlo todo y eso lastró a Navarro, que cometió dos faltas en siete minutos y se fue al banquillo. Langdon estuvo más listo. El CSKA apretó en el segundo periodo, pero el Barça mantuvo la cabeza fría y no se dejó superar en el marcador. A pesar de todo, la «Bomba» cometía la tercera falta nada más entrar, otra vez sobre Langdon, y se volvía al banquillo. A los azulgrana les tocaba salir airosos sin su estrella. Fue el momento de David Andersen, el jugador con más experiencia de la plantilla en estas lides. El australiano se echó el equipo a la espalda en los momentos difíciles, pero el Barça ya daba señales de que su ataque se estaba ofuscando sin remedio. Aunque con diferencias exiguas, el equipo de Xavi Pascual llegó a los últimos diez minutos con la victoria a su alcance. Pero si antes había sido la Jugoplastika, o el tapón de Vrankovic, este año le tocaba a Ramunas Siskaukas. A falta de siete minutos, el marcador reflejaba un 61-56 para los «culés», pero dos triples seguidos del lituano dieron la primera ventaja a los moscovitas, 61-62. Ya no dejarían de mandar hasta el final. Cinco puntos más de Siskaukas culminaron el parcial de 0-11 que inclinó el partido hacia los rusos. El Barça se veía superado y desde el banquillo no había soluciones. Cada ataque era un martirio, nadie quería tirar, sólo Navarro, que con dos triples dio vida a los azulgrana. Pero a los azulgrana se les olvidó defender -encajaron 28 puntos en el último cuarto- y cerrar el rebote defensivo en el último minuto. La victoria fue para el CSKA de Messina, que sigue sin perder una semifinal.