El bosque que crece

Dicen que hace más ruido el árbol que cae que el bosque que crece. Y es que parece que tenemos los oídos bien abiertos para escuchar las malas noticias a la vez que pasamos de puntillas sobre las buenas. Los datos sobre los adolescentes que se confiesan católicos practicantes son bastante raquíticos; eso es cierto. Los cristianos no podemos pasar página alegremente o resignarnos y dar la batalla por perdida. Habrá que ponerse realmente a la escucha del Espíritu Santo para que nos diga lo que debemos hacer y releer a los «expertos», como san Juan Bosco. El santo fundador de los salesianos no cesaba de insistir en que «la principal arma que emplea Satanás para alejar a los jóvenes de Dios es el aburrimiento». ¿No estarán nuestros chicos un poco hartos de sermones que, como repetía C.S. Lewis, «hablan mucho de cristianismo pero poco de Cristo»?Sin embargo, junto a estos árboles que caen con gran estrépito, hay un inmenso bosque que no para de crecer. Basta con estar atento para percibirlo.