Drogas

El «botellón» daña la materia blanca del cerebro de los jóvenes

Pese a que el consumo de este tipo de bebida de los adolescentes es tan sólo puntual, de fin de semana, las elevadas dosis hacen que se produzcan alteraciones en las conexiones neuronales, en pleno desarrollo en ese momento 

El «botellón» daña la materia blanca del cerebro de los jóvenes
El «botellón» daña la materia blanca del cerebro de los jóveneslarazon

Los jóvenes de que pasan el fin de semana con un «mini de calimocho» o de «whisky con cola» ponen en peligro su materia blanca, zona del cerebro que se encarga transmitir la información de un punto a otro. Así, concluye un estudio publicado en una revista científica «Alcoholism: Clinical and Experimental Research». Pese a que esta situación no es la primera vez que se convierte en objeto de estudio de la medicina, en este caso los investigadores han examinado la sustancia blanca de los jóvenes asiduos al consumo de alcohol en las fiestas y en los «botellones». Los primeros resultados muestran que las fibras de esta zona pierden funcionalidad a la hora de realizar sus tareas «comunicativas».No sólo se han remitido a un consumo regular de alcohol, sino puntual como los que realizan los adolescentes los fines de semana en los «botellones», donde consumen altas dosis de este tipo de bebidas espirituosas. «Debido a que el cerebro se encuentra en pleno desarrollo a estas edades, deben ser conscientes del daño que produce este tipo de conductas. En este momento del crecimiento, exista una mayor vulnerabilidad a las neutrotoxinas y a los efectos de las elevadas dosis del alcohol», explica Susan F. Tapet, profesora asociada del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de California (EE UU) y directora de Enfermedades Mentales por Abuso de Sustancias del Sistema de Sanidad de San Diego. Además, este tipo de estudios ya ha sido comprobado en laboratorio en animales.Tapert y su equipo utilizaron un escáner para examinar con detalle los tejidos neuronales de la sustancia blanca y observar los cambios que se producían en 28 jóvenes. «El estudio nos ha mostrado que los adolescentes con un historial de consumo de alcohol, tenían menos conexiones entre las fibras de la mielina, lo que sugería una pobre salud mental en varias zonas del cerebro», apunta Tapert. La investigadora muestra, además, su sorpresa ante estas evidencias, pues hasta el momento los jóvenes no tenían el mismo patrón de consumo que los alcohólicos como para desarrollar estas alteraciones en el cerebro.