Luxemburgo
El campo de la UE en llamas
La manifestación de hoy en Luxemburgo es un aperitivo de lo que puede llegar en los próximos meses si la Comisión Europea y los ministros de Agricultura de la UE no se ponen manos a la obra y buscan soluciones. El sector lácteo es la punta de lanza del malestar, por tratarse de una producción clave en la mayor parte de la UE, pero la situación también es preocupante en otros como el de los cereales. Si no suben algo más los precios, las cosas se pondrán muy feas. De todo lo anterior se deduce que es necesario recuperar en la normativa comunitaria una serie de medidas de gestión del mercado, que se puedan poner en marcha en caso de situaciones de mercado graves o muy graves. Durante los últimos años, y en las sucesivas reformas de la PAC, se han ido suprimiendo la mayor parte de las actuaciones previstas en caso de crisis de precios. Se ha ido demasiado lejos y ahora los agricultores y ganaderos están pagando las consecuencias, mientras que la Comisión se encuentra bastante atada de pies y manos.Estamos ante una crisis grave de carácter excepcional y, por este motivo, se requieren también medidas excepcionales. En la última Cumbre Europea, a petición de la canciller Ángela Merkel (en Alemania la producción de leche tiene un peso muy importante), los máximos mandatarios de la UE pidieron a la Comisión que se ponga las pilas en este caso concreto. No es suficiente. Urge ver lo que se ha hecho mal en las últimas reformas de la PAC y establecer las correcciones oportunas en dos sentidos. El primero, recuperando medidas de gestión de los mercados que sean eficaces en supuestos de graves desequilibrios de los mercados. En segundo lugar, es necesario que se aproveche la ocasión para crear reservas de seguridad de productos básicos y utilizarlas en caso de necesidad.
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