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El cine español busca lavar su imagen

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Unos días después de conocerse el balance definitivo del cine español en 2008, que arrojaba pérdidas cercanas al millón y medio de espectadores y en el que, como subrayó LA RAZÓN, por primera vez la taquilla fue inferior al montante total de ayudas que recibe nuestra cinematografía, César Antonio Molina convocó el miércoles a las seis de la tarde en su Ministerio a algunos de los pesos pesados de los distintos sectores. Molina buscaba un apoyo explícito a su política cinematográfica; a cambio, incidió en que el desarrollo de la ley posibilitará las desgravaciones fiscales. El ministro se topó con la preocupación del sector por el divorcio entre la sociedad española y el cine nacional que se plasma en una crisis de imagen durante los últimos años. Según ha podido saber este diario, durante los próximos meses los productores y las salas, enfrentados durante toda la negociación de la Ley de Cine, pondrán en marcha una campaña conjunta para sensibilizar al espectador y mejorar la percepción que tienen de la producción nacional. Otro tema que preocupa a la industria es el exceso de producción de los pasados ejercicios: en 2007 se batió el récord de los últimos con 172 largometrajes y en 2008 el número creció uno más. Entre los convocados a la reunión estaban el presidente de los productores, Pedro Pérez, junto a otros como Gerardo Herrero, Enrique Cerezo, Andrés Vicente Gómez y Elías Querejeta. Se sentaron a la mesa también los directores Jaime Rosales, Álex de la Iglesia, José Luis Cuerda, José Luis Borau, Inés París, Enrique Urbizu, Montxo Armendáriz y Fernando Trueba. Como respresentante de la Academia estuvo su presidenta, la guionista y realizadora Ángeles González-Sinde. Agustín Díaz Yanes estaba invitado en nombre de los guionistas, agrupados en ALMA, pero finalmente no pudo acudir. Sin embargo, no hubo representantes del sector de la exhibición, a excepción de Enrique González Macho, que además está al frente de la distribuidora Alta Films. Para él, el cada año más elevado número de películas que se producen en España no es un problema, ya que «se han hecho las que la gente ha podido hacer, y poner un coto sería una actividad censorial». Las subvenciones recibidas por estas cintas tampoco suponen una desventaja para el distribuidor: «Unas obtienen las ayudas y otras no según unos criterios objetivos. "Sangre de mayo"y "Camino"son iguales ante la ley». En su opinión, el problema fundamental es la piratería, «que no influye sólo en las producciones norteamericanas. Hay cintas españolas con 200.000 espectadores que tienen 600.000 descargas ilegales en internet», asegura. La exhibición es, sin embargo, uno de los principales impedimentos para el aumento de la cuota de mercado del cine español según el director y productor Manuel Gómez Pereira. «El circuito es asfixiante. Hay películas españolas que no aguantan lo suficiente en cartel. Necesitan una vida comercial en las salas más larga». «Menos ayudas»La presidenta de la Academia, Ángeles González-Sinde, destacó que en esta reunión, «al contrario de lo que ocurrió durante las negociaciones, había percibido una buena predisposición de los exhibidores y distribuidores acerca de la nueva Ley de Cine», un proyecto todavía en desarrollo en el que tiene puestas sus esperanzas: «Es necesaria la inversión externa que esta nueva ley, a través de las desgravaciones fiscales, promueve. Así el cine necesitará menos ayudas». También explicó que este efecto será especialmente importante en un momento en el que «las televisiones ingresan menos, por lo que el 5 por ciento que dan al cine disminuye». Además del contenido de la reunión, el mundo del cine se preguntaba ayer cuál había sido el criterio para la convocatoria. Productores, como Eduardo Campoy, ex presidente de Fapae («Sólo quiero caminar», «Santos») apuntan a que fueron llamados los profesionales más proclives a apoyar la acción de este Gobierno, a pesar de sentirse «bien representado» en la reunión, pero asegura que no fue invitado: «No estaba en la lista de los elegidos por el director del ICAA, Fernando Lara, pues lo que se buscaba era el apoyo a la política cinematográfica del ministro, lo que me consta que no lograron».En la misma línea, Antonio del Real, director de «La conjura de El Escorial», asegura que no le «extraña» este tipo de reuniones, pues «el sectarismo contra lo que no tienen las mismas ideas que el Gobierno» ha ido en aumento bajo la presidencia de José Luis Rodríguez Zapatero. El realizador pone como ejemplo que ante su invitación al ministro para asistir al estreno de «La conjura de El Escorial», no sólo no apareció, sino que ni siquiera contestó a su carta: «No creo que los problemas del cine español puedan solucionarse con reuniones como ésta, en la que además no se habló de los problemas fundamentales: la ausencia de industria y las grandes trabas a la distribución», añade.A Díaz Yanes también le preocupa la mala imagen del cine patrio «que no tienen la literatura, ni la pintura, ni ninguna otra arte». Sobre el aumento de la producción, advierte que también han contribuido las ayudas de las comunidades autónomas: «Hacer una cinta en este país cuesta, pero si las hacemos a trocitos mucho más».