España

El «coaching» llega a la Iglesia católica

La Fundación, de origen laico, gestiona ya más de treinta centros de la Iglesia que estaban infrautilizados.

La Razón
La RazónLa Razón

Madrid- Abogados, banqueros y consultores, todos ellos con una amplia experiencia, se han puesto al servicio de la Iglesia para asesorar, gestionar y optimizar el patrimonio inmobiliario y los servicios que ofrecen las congregaciones religiosas. Se trata de la Fundación Summa Humanitae, que nació hace un año y medio con la idea de «ayudar a los que ayudan y servir a los que sirven».

El patronato de la Fundación lo compone un grupo de laicos compremetidos que creen en la labor pastoral y social de la Iglesia. Si las empresas tienen servicios de asesoría, consultoría y «coaching», ¿por qué la Iglesia no iba a tenerlos? La Fundación no es una empresa; únicamente se ofrece para gestionar edificios de la Iglesia, como monasterios, santuarios, colegios mayores, hospederías y residencias de la tercera edad que están infrautilizadas para relanzarlas y optimizar su uso. En la actualidad, Summa Humanitae gestiona 20 asilos de ancianos en toda España. Los beneficios que obtiene los reinvierte en proyectos de las congregaciones religiosas o en la propia Fundación para poder seguir ayudando a más instituciones de la Iglesia. En tan sólo un año y medio de vida, Summa Humanitae cuenta ya con 330 empleados en los distintos centros que coordina.

Gestionar edificios

¿Quién cuida de los religiosos y religiosas mayores? La falta de vocaciones hace que alguien tenga que ocuparse de las personas consagradas de más edad. El área socio sanitaria de la Fundación ayuda a las congregaciones que lo solicitan a gestionar las enfermerías de las casas donde residen los consagrados más ancianos. La ayuda que proporciona Summa Humanitae va desde la contratación de médicos, enfermeras o personal de limpieza para una enfemería hasta la gestión total de la residencia.

Otra de las más importantes y novedosas funciones de la Fundación es la de gestionar y optimizar el uso de edificios de entidades sociales y religiosas que, en muchas ocasiones, funcionan a medio gas. De este modo, numerosos centros de transeúntes, casas de acogida, albergues, colegios, internados y residencias (en la actualidad ya ofertan 160 plazas para estudiantes universitarios) que no estaban a pleno rendimiento, vuelven a llenarse gracias a la asesoría de Summa Humanitae.

La Fundación también se hace cargo de las casas de ejercicios espirituales, hospederías monásticas y santuarios con hospedería para que logren conseguir un mayor uso de sus instalaciones y rentabilidad. La función de la Fundación en este caso va desde la promoción de los centros hasta su gestión total o parcial. A través de la página web www.centrosdeespiritualidad.org, la Fundación ofrece en la actualidad los servicios de cinco casas, a las que acudieron durante el pasado año más de 1.500 personas. De este modo, han conseguido convertir antiguas casas de ejercicios infrautilizadas que, incluso, estaban a punto de cerrar sus puertas, en verdaderos centros de espiritualidad donde organizan vacaciones de verano para familias cristianas, tandas de ejercicios espirituales, seminarios y cursos, etc.

La Fundación Summa Humanitae dispone también de un área de consultoría y formación. De este modo aportan asesoría técnica en temas de gestión; ofrecen asesoría especializada en arquitectura, reformas, normativa vigente, subvenciones... Por último, tampoco se olvida de dar asesoría a las empresas en el ámbito de la gestión ética y de responsabilidad social corporativa.

También en el Tercer Mundo

El tercer área de la Fundación apoya proyectos de cooperación internacional. En este campo ayuda, por ejemplo, a otras organizaciones de la Iglesia a pedir subvenciones a organismos públicos para sus proyectos de cooperación en el Tercer Mundo. Summa Humanitae se compromete, además, a respetar el carisma de la congregación y a trabajar según sus costumbres.

La Fundación aporta un verdadero «coaching» a las congregaciones religiosas que han visto cómo vuelven a cobrar vida los edificios que, hasta hace poco, permanecían casi vacíos.