Conciliación
El Colegio otra vez condenado por Sergio Alonso
Primero fue Sonia Ferragut; después, Marta García y, ahora, le ha llegado el turno a Concepción Martínez. Las tres son empleadas del Colegio de Médicos de Madrid y todas ellas han destapado con su victoria judicial ante la corporación la triste situación interna que atraviesa la misma bajo las órdenes de Juliana Fariña y su actual junta. Especialmente llamativo es el caso de la jefa de Personal, Concepción Martínez, que es hermana de Cristina Martínez, la secretaria general destituida tras denunciar presuntas irregularidades en la entidad y pedir a sus dirigentes que hicieran una declaración de bienes que, a día de hoy, ninguno ha hecho. El Juzgado de lo Social número 10 de Madrid acaba de darle la razón, y ha condenado al Colegio a «la inmediata readmisión de la trabajadora... así como a abonarle en concepto de daños morales y extrapatrimoniales la cantidad de 12.000 euros». El fallo no tiene desperdicio, toda vez que en sus fundamentos considera probado que «la presidenta directamente ha vulnerado tanto la dignidad profesional como el derecho al honor de la demandante», y que «la empresa –el colegio– no ha ejercido protección alguna de la demandante frente a otros trabajadores». En cualquier país serio, tales acusaciones forzarían dimisiones. Aquí, Juliana y su junta se aferran a sus puestos con uñas y dientes.
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