El Congreso exige por segunda vez que se reduzca el Gobierno

La política, ya se sabe, hace extraños compañeros de viaje. Y si se trata de dejar en minoría a un Gobierno que acaba de perder unas elecciones y que, además, no está sobrado de apoyos en el Parlamento, las alianzas pueden ser incluso antinatura. Eso es lo que pasó ayer tarde en el Congreso con una moción de ERC que, bajo criterios de austeridad, eficiencia y eficacia en la Administración General del Estado, pedía una supresión de los Ministerios de Cultura, Vivienda e Igualdad. El texto fue apoyado por PP, CiU, PNV y CC. ¿Imaginan a PP y PNV votando juntos en Vitoria? ¿Y a ERC con el PP en Cataluña? No se otea en el horizonte. Pero en Madrid la cosa cambia, claro. Porque unos y otros andan en el mismo objetivo: que se visualice la soledad política del Gobierno. Y lo cierto es que surte efecto.
Pero más allá de alianzas parlamentarias, es la segunda vez que la Cámara Baja exige una reducción del Gobierno, La primera fue a propuesta del PNV para suprimir la cartera de Bibiana Aído hace apenas dos meses. Así que si en algo coinciden todos los partidos, menos el PSOE, es en que la última reestructuración del Ejecutivo de Zapatero era prescindible y, sobre todo, costosa para las arcas públicas.
La moción de ERC recordaba en su punto 8 que la Cámara ya había acordado la reducción de la estructura actual del Gobierno –fue entonces a propuesta del PNV–, y pedía la supresión de los ministerios antes citados y que sus atribuciones fueran asumidas por Educación, Fomento y Sanidad y Asuntos Sociales.
El texto, que se votó punto por punto, pedía además que se regulara el uso de los medios públicos por parte del presidente del Gobierno, ministros y altos cargos del Ejecutivo tanto en la actividad pública como en la privada, en especial el goce de inmuebles y medios de transporte y desplazamiento. Este extremo, una velada alusión a la polémica del Falcon que usó Zapatero en campaña electoral. El PSOE sí votó a favor de este extremo, y también de la reducción del consumo energético, el gasto corriente y el teléfono en la Admnistración del Estado, así como de enviar a la Cámara un informe del cumplimiento del Código del Buen Gobierno y otro sobre la duplicidad de funciones en el Ejecutivo.
No prosperó sin embargo porque el PP se opuso a ello junto al PSOE, que el 9,2 por ciento de los recursos del Estado se asignen a las comunidades y que ello se garantice en el futuro modelo de financiación. La moción impulsada por los republicanos sirvió de paraguas para que en el turno de fijación de posición de los grupos se sacasen a colación otros asuntos de actualidad. Éste fue el «caso Chaves» que el PP pretendió, sin éxito, incluir en una enmienda a la propuesta de ERC para que se eliminara también la vicepresidencia tercera. No cóló.