Londres

El día del orgullo ateo

LA EMBESTIDA HA PILLADO POR SORPRESA A MÁS DE UNO: los ateos han empezado a organizarse. ¿Tienen los creyentes motivos de preocupación? «La campaña es tan mala que se volverá en su contra», dicen los colectivos católicos

El día del orgullo ateo
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Mañana lunes es san Nazario, san Arcadio, santa Tatiana y otros 14 santos más, según el calendario católico. Sin embargo, para los que nada quieren saber de mártires ni beatos, a partir de ahora el 12 de enero será el Día del Orgullo Ateo. Y todo, quién lo iba a decir, por culpa de dos autobuses públicos que a partir de mañana recorrerán las calles de Barcelona -y dentro de poco las de Madrid- con el eslogan publicitario más manido esta semana: «Probablemente dios no existe. Deja de preocuparte y disfruta la vida». «Dios» o «dios», con mayúscula o con minúscula, que la cosa no está clara, porque los creativos ateos se han cuidado muy mucho de lanzar su mensaje en letras capitulares para evitar enredos tipográficos que desvíen la atención. Y es que el meollo de la cuestión no está en el envoltorio, sino en el interior. Por primera vez, los ateos han dado un paso al frente y se han puesto a hacer proselitismo. Sin tapujos. ¿Es el principio de un «guerra santa» en los autobuses y las vallas publicitarias? ¿Deben los cristianos contraatacar? La mayoría cree que no hará falta. El crucifijo vende Antes de nada, una buena noticia para los creyentes. «En la historia de la publicidad, no hay un símbolo que venda más que el crucifijo, o en su caso la media luna -explica Juan Moyano, director de Marketing de la Escuela Superior de Publicidad-. Es el más conocido del mundo y el que tiene mejor ``merchandising¿¿». José Francisco Serrano, director del Congreso de Católicos y Vida Pública, coincide en que una parte del camino ya está recorrido: «Basta mirar a la calle, a los campanarios, a las obras de arte y a las cruces colocadas en los caminos de los pueblos para ver testimonios de la fe. Los cristianos no necesitamos este tipo de campañas». «Vamos a ayudarte» Lo que es obvio es que la polémica no es más que la punta del iceberg de una realidad innegable: ser ateo (sólo uno de cada cinco personas lo es en España) ha dejado de ser una opción estrictamente personal. No hay más que echar un vistazo por internet para comprobar cómo han proliferado las páginas en las que se airea, con mayor o menor énfasis, el derecho de los no creyentes a ser «escuchados», aunque en muchas ocasiones el tono no es precisamente mesurado. Una prueba, a juicio de los dirigentes católicos, de que estamos ante una manifestación más -y nada afable, por cierto- de la ola de laicismo que se ha implantado en España. Y de que no es cierto aquello de que no hay intención de convencer a nadie. «¡Bienvenido a tu casa! Estamos aquí para ayudarte», se ofrece solícita la Unión de Cyber-ateos, que presume de ser la página atea decana de la red en español. Ayudarme... ¿a qué? Sencillo: «A liberarte de los dioses y las religiones para que puedas disfrutar de tu vida sanamente y sin miedos». Y todo con un objetivo: «Extender las ideas ateas por internet». El propósito de la Federación Internacional de Ateos va un paso más allá: «Frenar la expansión parasitaria de las creencias religiosas, hacer desaparecer los ídolos metafísicos que esclavizan y erradicar gradualmente las explicaciones sobrenaturales que promueven las religiones». Parásitos, esclavitud y metafísica. Todo en uno. Tanto la jerarquía eclesiástica como una buena parte de la clase política han desautorizado la campaña. El Vaticano la considera una «carnavalada» que ni Marx, ni Nietsche ni Sartre se habrían atrevido a hacer. El arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez Sistach, recuerda que creer en Dios «no es un motivo de preocupación». Y la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, califica la campaña de «provocación». Un detalle: uno de los autobuses madrileños que llevará el anuncio pasa por delante de la catedral de La Almudena y del Arzobispado. El Belén y los Reyes Magos ¿Por qué ahora, veinte siglos después, esta «rebelión»? ¿Por qué este intento de «convertir», de pasar al «lado oscuro», a los creyentes? Albert Riba, presidente de Ateos de Cataluña y responsable de la campaña publicitaria de Barcelona, esgrime que es imprescindible que la sociedad se dé cuenta de que «los ateos existen, que no son sólo unos locos de la colina». Catalán de 61 años y funcionario del Estado, Riba está convencido de que el ateísmo «no se vive con normalidad en España». «A la mínima, las instituciones te la meten doblada -añade-, como con la presencia de los crucifijos o la instalación del Belén en el Ayuntamiento de Barcelona con la excusa de que es una tradición». La pregunta cae por su propio peso. ¿Y los Reyes Magos? ¿También se acuerdan de los ateos? En su caso no. «Yo soy más de Papá Noel, aunque no tengo inconveniente en que los no creyentes celebren los Reyes Magos. Otra cosa es creer que existieron. Es como si a los 40 años se sigue creyendo en las hadas». La campaña es un calco, eslogan incluido, de la que ha puesto en marcha en Londres la Asociación Humanista Británica, y que se ha extendido después a varias ciudades del país. Su portavoz, Andrew Copson, niega que sea un ataque a los católicos o un intento de proselitismo: «Al fin y al cabo, un anuncio no va a convertir a nadie». Para las asociaciones de católicos, está claro que el mensaje no va dirigido sólo a los ateos, como sostienen sus promotores, sino a todos. «¿Por qué, si no, se coloca en un autobús público»?, se pregunta Josep Miró, presidente de E-cristians, convencido de que la campaña se volverá en contra de sus autores y servirá para «llamar la atención de algo que muchos ignoran: la relación del hombre con Dios». El presidente del Congreso de Católicos y Vida Pública va aún más allá: «Muchas veces la falta de fe no viene por una negación, sino por que la ausencia de esa pregunta. La campaña hará pensar a muchos que no lo han hecho hasta ahora». Desde el punto de vista publicitario, Serrano está convencido de que la campaña es una contradicción en sí misma. «El objetivo en publicidad es vender un producto y generar una marca -afirma-. Me pregunto qué se quiere vender de algo que se dice que no existe». La epístola del siglo XXI La asociación E-cristians, sin embargo, prefiere ganar la batalla en el mismo terreno. Por eso ha contratado anuncios en los autobuses barceloneses para reafirmar la existencia de Dios, como ha hecho ya un pastor evangélico en Madrid. Y por eso está dispuesta a explotar al máximo todos los recursos. «La fe no parte de un eslogan publicitario, pero no hemos de renunciar a los instrumentos que los nuevos tiempos nos otorgan -explica su presidente, Josep Miró-. Es lo mismo que hicieron los primeros cristianos usando la epístola en vez de escudarse en que todo lo que no sea la comunicación verbal desvirtuaría el mensaje».