Sevilla
El dulce amor de la muerte
«Tristán e Isolda»De Wagner. R. Dean Smith, E. Herlitzius, I. Vermillion... ROS de Sevilla. Dir. escénica: P. Pier'Alli. Dir. musical: P. Halffter. Teatro Maestranza, 22-V-09.
Siempre es un reto y cuando un director lo aborda por vez primera es moneda común hablar de temeridad. Pedro Halffter tendrá una carrera larga con esta obra, porque se la ha planteado joven y porque la música le ha poseído. Y es que «quien ha sentido una vez la belleza, a la muerte ha entregado su ser», como escribió el poeta Von Platen en su «Tristán» antes de que Wagner imaginara su composición más rompedora. La vocación de Halffter de encerrase con mihuras o victorinos no decrece. Tuvo instantes de tétrica hermosura –esa «belleza» mortal de Platen–, como el final del acto I, con el reconocimiento amatorio de los protagonistas, y otros de delectación en el dúo de la «noche oscura y santa» (Novalis), y su «Tristán», que hoy es notable, un día será grande. Hubo un buen socio en Pier'Alli, responsable de una escena que tuvo nobleza e inteligencia en el barco del acto I. Evelyn Herlitzius fue una Isolda más descarnada, al borde del grito, que entrañable, y Robert Dean Smith, otro veterano de la «verde colina», sigue siendo uno de los pocos sucesores de Kollo o Jerusalem. Excelente la Brangania de Iris Vermillion, cortito el Kurwenall de Martin Gantner y opaco el Rey Marke de Hagen. Fue un poco triste que, tras el nivel de los actos precedentes, ese tercero mostrara a un Dean Smith ya cansado y forzado de voz, que la misma rectoría de Pier'Alli bajara su nivel en este segmento hasta las lindes de la mera corrección y que esos factores contagiaran la inspiración de Halffter, cuya dirección cedió en grandeza y lirismo frente a lo escuchado en los actos precedentes. Pero hubo de sobra pasajes que acercaron al público a ese «no hay amor más dulce que la muerte».
✕
Accede a tu cuenta para comentar