Brasil
El G-8 promete 20000 millones de dólares contra el hambre en África
L¿Aquila- Los 1.000 millones de personas que pasan hambre en el mundo, 100 millones más que el año pasado, tienen un pequeño motivo para sonreír. Los países presentes en la cumbre del G-8 en L¿Aquila, que representan el 90% de la economía mundial, decidieron ayer donar 20.000 millones de dólares en tres años para que las naciones pobres mejores su agricultura y su seguridad alimentaria. Dos elementos claves para lograr que disminuya el hambre. Una parte importante de ese fondo saldrá de las arcas públicas españolas. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, anunció que nuestro país dedicará 500 millones de euros en los próximos cinco años para luchar contra el hambre infantil. Esta cantidad se suma a los 1.000 millones de euros anunciados el pasado mes de enero en Madrid durante la conferencia dedicada a la lucha contra el hambre y el fomento de la agricultura. El dinero de la cooperación española irá a parar sobre todo a África, «región prioritaria» para las actuaciones de nuestro país, según dijo Zapatero. El presidente afirmó que su Gobierno «mantiene el compromiso global» de dedicar el 0,7% del PIB nacional en 2012 para ayuda al desarrollo. Dio, además, dos claves que marcarán el semestre de presidencia española de la UE, que comienza el 1 de enero de 2010: la nutrición y la seguridad alimentaria. El jefe del Ejecutivo se vanaglorió de los logros obtenidos en materia de cooperación desde que llegó al Gobierno. «España es ahora uno de los países desarrollados que más dinero dedica a ayuda al desarrollo». En su opinión, los ciudadanos están orgullosos de ello ya que «son solidarios» y quieren que su país «lidere la lucha contra el hambre». Zapatero analizó también la presencia de España en las cumbres del G-8, el G-14 y el G-20. «Debemos estar en todas las reuniones que podamos. Llevamos ahora una buena senda: venimos de no estar en ningún sitio a participar en todas las últimas cumbres. Ha llegado la hora de España». La «buena senda» continuará en las próximas citas internacionales. Está ya confirmado que Zapatero acudirá al encuentro del G-20 en Pittsburg, en septiembre, y al G-8, en junio del año próximo en Canadá. La última jornada de la cumbre del G-8 no sólo sirvió para prometer 20.000 millones de dólares contra el hambre, también para que los líderes mundiales terminaran de convencerse de los problemas de estas reuniones. Mayor efectividad El presidente de EE UU, Barack Obama, reconoció que estos encuentros son poco efectivos y apostó por no celebrarlos tan a menudo para que sean «más productivos». Incluso el anfitrión, Silvio Berlusconi, declaró que «en el futuro las decisiones más importantes se tomarán en el G-14», la unión del G-8 con los principales países emergentes. Esta opinión es compartida por el presidente francés, Nicolas Sarkozy. Ambos quieren que naciones como India, China, Brasil, México o Suráfrica gocen de más espacio en los cónclaves internacionales. Los tres días de cumbre en L¿Aquila concluyeron sin apenas incidentes por parte de los movimientos antisistema. La manifestación convocada ayer sólo reunió a unas pocos miles de personas, que marcharon desde Paganica, el epicentro del terremoto de hace tres meses, hasta la capital de la región de los Abruzos. La elección por parte de Berlusconi de una ciudad destruida por un seísmo como sede del encuentro ha conseguido desactivar todas las protestas. «Il Cavaliere», además, ha aprovechado su momento de popularidad para anunciar que pasará el mes de agosto en L¿Aquila controlando las labores de reconstrucción. Más información y vídeos en nuestra web
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