Libros
El libro en papel busca lector en internet
¿Cuántas maneras de leer existen? Internet ha cambiado los hábitos de ocio y de consumo de literatura. Y los libros tienen que adaptarse. Unos se proyectan en la red con páginas que prácticamente son una prolongación del libro, como es el caso de «Manituana» (Mondadori), de Wu Ming –su web, con trailer incluido, responde casi a la mecánica del videojuego, con, al menos, un nivel incluido–, mientras otros buscan un hueco para promocionarse entre unos lectores potenciales que se mueven en foros y redes sociales. Juan Casamayor, editor de Páginas de Espuma, lo explica con claridad y sencillez: «No se puede decir que en España, hoy, se lea menos. Un chaval que pasa dos horas chateando, repasando blogs y mandando correos, está leyendo. No sólo se informan en internet, leen en internet». Por eso, las editoriales comienzan una dura pelea de promoción en este nuevo medio. «Los cauces tradicionales para la cultura están estrangulados. Cada vez existe menos espacio para la cultura en los diarios y, en esas páginas, cada vez tienen menor presencia los libros. Las editoriales, por eso, abrimos nuevas vías de comunicación», continúa Casamayor. Un aspecto que recalca Adelaida Herrera, directora de márketing de Seix Barral, Destino y Temas de Hoy: «Los medios tienen menos páginas y por eso nos apoyamos cada vez más en internet. Es el futuro».
Blogosfera
Una senda que empieza a abrirse ahora, poco a poco, y por la que ha apostado Random House Mondadori. «Para nosotros es cada vez más importante. Organizamos campañas especiales, incluso a nivel de difusión por redes sociales», dice Carmen Ospina, responsable de Nuevos Proyectos y Marketing de este sello editorial. Se han terminado los portales informativos con una reproducción del listado de novedades. Se quiere ir más allá. Trascender esa barrera. «Lo bueno de internet es que todas las editoriales, las grandes y pequeñas, ocupamos el mismo espacio. Otra cosa será el diseño –afirma Casamayor–. Por eso es importante también la blogosfera. Los blogs se han convertido en una referencia. Nosotros ya mandamos los libros a los blogueros de referencia». Las opiniones de estas personas, espontáneas, han convertido en realidad un viejo temor: los diarios ya no están en el centro de la opinión. «La figura del crítico está cada vez más en desuso. Lo importante es lo que dicen otros usuarios. Te puedes fiar mucho de una gran figura, pero a los lectores potenciales les aporta más las opiniones de otros. Es como en los hoteles. Habrá un especialista que te dirá si está bien o mal, pero si hay diez comentarios de huéspedes que han estado alojados ahí...», asegura Carmen Ospina, que también ha empezado a difundir sus novedades entre los blogs de referencia de internet. «Les proporcionamos hasta la aplicación para que puedan pasar las páginas de los libros. Eso te permite mucha más difusión».
Promoción
Adelaida Herrera pone un ejemplo: el microsite que Destino ha dedicado a Stieg Larsson: «Es un auténtico fenómeno. Sabíamos que por ser novela negra y por el matiz de la protagonista conectaba con la gente joven. Son estas personas las que buscan información y se mueven mejor en la red. Hace que el libro se promocione mucho más».
Las ventajas de los blogs independientes sobre los periódicos y revistas es evidente para Casamayor: «Son más rápidos, tienen más contenidos y son más extensos. Hay comentarios que son imposible, por extensión, incluir hoy en día un periódico».
Estas direcciones se han convertido en verdaderos generadores de confianza. Pero no es el único rumbo en el que luchan las editoriales en la actualidad. «Crear una web para un libro es caro y no garantiza el éxito. Es mejor las redes sociales. Cada vez estamos más en «facebook», donde ya tenemos 4.000 fans. Ahí estamos en contacto con los consumidores. Les podemos recomendar, aconsejar y eso supone una ventaja mayor que con un lugar donde nadie te habla. Eso, unido a los bloggers, que te facilitan mucho la difusión y son muy efectivos en internet». Adelaida Herrera explica lo que está sucediendo en el mercado editorial: «La tendencia es rechazar la publicidad en internet, porque el usuario es muy crítico. Son los foros, los chats y las opiniones los que hacen más que cualquier publicidad. Para saber si iba a funcionar «El economista camuflado», de Tim Harford, se lo mandamos a blogueros expertos. Les gustó, le dieron crédito, y ahí es donde comenzó el fenómeno».
La repercusión en la esfera digital tiene una respuesta en el mundo real, como explica Casamayor: «Nosotros tenemos un acto al mes en la librería Tres Rosas Amarillas. Se ha convertido en el lugar de encuentro mensual para todos los que se chatean y se intercambian información en la red». Carmen Ospina ha llegado más lejos y ya colabora con Google: «Hemos digitalizado nuestros libros. Así cuando alguien busca en Google y una referencia coincide con alguno de ellos, aparece. Incluso pueden leer un 20 por ciento del libro. De esta manera hemos descubierto que libros viejos que íbamos a descatalogar todavía tienen interés para los lectores».
Wu-ming, a la vanguardia
¿Sólo es un libro? El colectivo Wu-Ming, antes Luther Blissett, fueron pioneros en el «copyleft» y en abrir los libros a internet. Ahora acaban de publicar «Manituana» (Mondadori), primer volumen de una trilogía ambientada en la revolución americana y que completarán en los próximos años. Pero, también, es algo más. Una obra abierta con un contorno digital creado para ser visitado por los lectores. En la página web oficial del libro hay colgado un trailer de la novela (una imitación de la promoción de las películas), una cronología para incrustar los acontecimientos en la historia (para los más escrupulosos) y una sección dedicada a los lugares donde discurren los hechos y que se pueden visitar gracias a Google Earth. Tiene un alto grado de interactividad que emparejan esta trama más con un juego que con una obra literaria. Pero no es la única sorpresa que depara la proyección digital de «Manituana». En el apartado, «relatos amotinados» han depositado las páginas abortadas de la impresión en papel. Los relatos y capítulos sin espacio cuentan en este rincón con sus propias posibilidades. Y, además, están enriquecidos con aportaciones de los usuarios. Los visitantes pueden dejar la banda sonora que ellos creen para los diferentes pasajes de la novela. Las iniciativas para involucrarse con la creación del mundo que rodea a «Manituana» se ensanchan en la pestaña «Nivel 2», al que sólo se accede cuando se acierta una pregunta.
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