El lujo marca el paso en París

Si alguien todavía piensa que a la alta costura le preocupa la crisis, que lo olvide. El lujo como antídoto perfecto para tiempos de recesión ha sido la clave de estos tres días en París, en los que los maestros de la aguja han derrochado imaginación para seguir vendiendo imagen de marca, que al final es de lo que se trata: hacer caja con productos cosméticos, gafas de sol y complementos a gran escala mientras no más de trescientas clientas en todo el mundo compran vestidos que pueden rondan los 30.000 euros en el mejor de los casos. Elie Saab, uno de los favoritos de Hollywood, sabe mucho de esto, de ahí que su desfile de ayer fuera una sucesión de propuestas para impactar sobre la alfombra roja. En primera fila, tomaban nota Elsa Pataky, Mischa Barton y Dita Von Teese, entre otras. Pataky, de viaje en París por motivos laborales, tampoco se perdió el desfile de Gaultier mientras otro español, Josep Font, ultimaba los detalles de su nueva colección. Font, mitológico En esta ocasión, las propuestas de Font dormían en una caja de música que se destapó con un clásico de Jorge Sepúlveda, «Mirando al mar...». «A partir de ahí mezclo mi forma personal de ver el mar con sus colores, sus animales, de una manera naif, con juguetes, poesía y música», comentó el modisto a LA RAZÓN. Entre los tejidos, Font, que estuvo acompañado por Carla Royo-Villanova y Eva Amaral, acude a tejidos vaporosos como sedas, tules y organzas trabajados con ricos bordados y minuciosas aplicaciones de pasamanería. También a formas orgánicas que recuerdan la fauna marina, mientras las plumas de marabú que adornan algunas piezas aluden a otra fauna, la mitológica. Pero hay más: sobre la cabeza, tocados con infantiles castillos, barcos, guitarras... Mientras, de fondo, se suceden melodías veraniegas de otro tiempo: «Come prima», «Historia de un amor»... Termina el desfile y se cierra la caja. Es el fin del verano.