El mercado de los cereales

Es un asunto de la máxima actualidad, pero hacer previsiones sobre la evolución del mercado de los cereales es correr el riesgo de equivocarse de principio a fin, dada la gran cantidad de factores que inciden en el mismo. A estas alturas está claro ya que la cosecha de cereales de otoño invierno va a ser, en España, inferior en un 30 por ciento, por lo menos, a la de 2008. Todo apunta a que también se va recoger menos en el conjunto de la UE, mientras que en Estados Unidos la cosa tampoco pinta bien. Total, que la oferta va a ser menor. Eso explica en parte, sólo en parte, la evolución al alza que han experimentado las cotizaciones de estos productos, tanto en el mercado interior español, como en las principales plazas internacionales. Mientras tanto, también hay que tener en cuenta la demanda. En España, y especialmente lo que respecta a los cereales destinados a alimentación animal, no es muy elevada, debido a la reducción experimentada por la cabaña ganadera nacional, afectada por una dura crisis. Pero es que hay muchos más factores que inciden en el precio de los cereales. Por ejemplo, lo que suceda con la evolución de las cotizaciones del petróleo, que hará que se destine más producción a la fabricación de los biocombustibles, o menos. La paridad entre el euro y el dólar es importante a la hora de evaluar las importaciones que deberá realizar España para garantizar el abastecimiento. Lo que suceda con las cosechas de cereales de primavera-verano (fundamentalmente maíz) no sólo en España, sino en el resto del mundo. Y otro factor que cada vez es más importante, según se puso de manifiesto en el verano de 2007, es la situación de los mercados financieros, que puede desembocar en un flujo de capitales hacia los de materias primas agrarias, dando lugar así a fenómenos especulativos en forma de escaladas de precios o bien de hundimientos de los mismos. Total, un escenario muy complejo, sobre el que actúan cada vez más protagonistas y todos ellos muy importantes.