Sevilla

El periodista Carlos Herrera leyó el pregón taurino de la Real Maestranza

La Razón
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Herrera evocaba la edad de oro del toreo, sin decantarse por uno ni por otro. Dando el sitio a los dos: a Joselito «El Gallo» y a Juan Belmonte. Fuera, en la puerta principal del teatro, doscientas personas que se quedaron en la calle con la invitación en la mano, lanzaban improperios a las autoridades: «¡Alcalde cabrón, queremos el pregón!» En las veintisiete ediciones nunca se ha producido una asonada de esta índole. Evitó Carlos Herrera un denso manifiesto en defensa de los toros. Tampoco repasó de cabo a rabo la historia de la tauromaquia ni aportó verdades desconocidas. Hizo su pregón. Radiofónico. El cómo lo dijo prevaleció sobre lo que dijo.Su referencia directa al sentido de la Fiesta fue breve pero contundente. «Y es que los toros, evidentemente, sólo se explican desde la emoción que causa la belleza. Y también desde la tradición. Y si, después de tantos años de aguantar embestidas la Fiesta sigue viva, será por algo». A los representantes públicos les dio un tirón de orejas: «Echo en falta, desde el poder, menos complejos para defender la Fiesta»; y dio argumentos para sostener la crítica: «Hay casi tantos espectadores de toros en temporada en España como espectadores de cine español».