Levante U.D.
El portero que dio el golpe mortal a Álvaro es el jefe de seguridad del local
Antonio S., conocido como Toño, tiene fama de muy agresivo y de pegar sin dejar marca
madrid- A Toño no le gustaban las noches de los viernes en el Balcón de Rosales. Era como si la clientela habitual de ese día, jóvenes de 18 a 21 años, no representasen para este portero de discoteca su jornada de trabajo favorita. Quizá por eso, los nervios y la chulería se le descontrolaban con demasiada frecuencia durante esas horas. No era extraño verle gritar, amenazar y tratar con malos modos a quien no siguiese sus normas. Aquellos que pasaban tiempo con él y le han observado trabajar cuentan que se le iba la mano más de una vez. No sólo eso, los clientes se quejaban de la forma de actuar del que era jefe de seguridad de la discoteca y el principal responsable de la muerte del joven Álvaro Ussía, según fuentes de la investigación. Hasta tal punto llega la complicada personalidad del presunto homicida, que no falta quien, al preguntarle por él, prefiere no hablar de más para no tener problemas. «Sabemos de quién es amigo y no queremos líos», dicen. Un miedo a las consecuencias que encajan con los golpes de Toño, de 32 años y complexión fuerte. Según los testigos, Antonio podría pesar alrededor de 150 kilos y tiene una espalda muy grande. Suele vestir con jerseys y chalecos de plumíferos de la marca Tommy Hilfiger, vaqueros y zapatillas negras. Los que le conocen creen que no se drogaba ni va al gimnasio. «Simplemente es grande», cuentan. Lo que sí tienen claro quienes coincidían con Toño, que apenas llevaba un año trabajando en el Balcón de Rosales, es que sabía pegar sin dejar marcas. Quizá eso explique por qué Álvaro no presentaba heridas ni sangraba cuando lo encontraron y atendieron los facultativos del Samur. «Le pegaba en el costado y le dio un rodillazo muy fuerte en el pecho», explica un testigo. Un relato que encaja con la autopsia que, según fuentes de la investigación, señala que el joven de 18 años tenía las costillas destrozadas y metidas para dentro. Por eso llama la atención la «profesionalidad» de los golpes que no dejaron marca. El rodillazo fue tan violento y fuerte que le pudo reventar el corazón, y aún así, Sancio, también de 32, y David, de 25, -los otros dos detenidos- también le pegaron cuando Toño acabó su trabajo. Mientras, los dos compinches con fama de más tranquilos que su jefe, impedían que nadie se acercara a ayudar a Álvaro. Después, desaparecieron y cuando la Policía les buscó para interrogarles no estaban en el local. Aunque les buscaron y al no encontrarles desalojaron la discoteca. En cualquier caso, y aunque en un primer momento se señaló a la novia de uno de ellos como la que les avisó, al parecer, es ex pareja de un cuarto portero que nada tuvo que ver con el suceso. Fuentes policiales aseguran que no se está buscando a ningún otro implicado. Álvaro empujó a un amigo que chocó con esta chica de 19 años. Al molestarse, la víctima se disculpó, pero a ella no le valieron las excusas y le fue con el cuento a un portero que le sacó del cuello del pub. Una vez fuera, Álvaro se quejó de las maneras y su expulsión ante los tres detenidos. Intercambiaron insultos. Se llamaron «hijo de puta» y el fallecido llamó gordo a Toño. Su amigo le pidió que parase que esos porteros eran unos gorilas, pero cuando Álvaro terminó de subir las escaleras, volvió a decirle algo. Momento en el que los tres vigilantes subieron corriendo para pegarle. Está previsto que estos tres hombres pasen hoy mismo a disposición judicial.
✕
Accede a tu cuenta para comentar