Europa

Elecciones Generales 2016

El PSOE no ve tarjeta roja en el horizonte

Pajín cree que si los ciudadanos hubieran querido un cambio contundente, hubieran ido a votar en masa.

El PSOE no ve tarjeta roja en el horizonte
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Satisfacción, desde luego, no hay porque no puede haberla. El PSOE ha perdido las elecciones y, datos cualitativos aparte, ésa es la primera y casi única lectura tras el 7-J. Ahora bien, no hay un solo socialista que haya percibido en el resultado del domingo una seria amonestación al Gobierno. Es más, quienes entienden de extrapolaciones, sondeos y pulsiones no ven en el horizonte medio posibilidad de que los españoles tengan intención de sacar la tarjeta roja a Zapatero. ¿Amarilla? Sí, lo del domingo se interpreta como un primer aviso al Ejecutivo de que las cosas no funcionan, pero también se traduce como una manifiesta incapacidad del adversario para golear a Zapatero en las peores circunstancias. Así que no esperen cambios en la acción de gobierno ni tampoco en la agenda, más allá de la intención decidida de resolver cuanto antes dos asuntos importantes como son el diálogo social y la finanación autonómica.

El presidente del Gobierno, en su condición de secretario general del PSOE , hizo ayer ante los suyos una reflexión serena de los resultados, que relativizó al invocar el contexto económico y el panorama de la socialdemocracia europea. La única crítica que se le interpretó, aseguran fuentes socialistas, fue cuando pidió más trabajo en los territorios donde el PSOE está más débil, esto es Madrid y Valencia.

Lo cierto es que en el PSOE no se escucharon ayer voces de alarma, pues hubo unanimidad en que el contexto económico y la escasa movilización han determinado el resultado. Y que si el electorado hubiera querido lanzar un mensaje contundente de cambio, no hubiera votado sólo el 45 por ciento del censo. Esta idea se escuchó en la reunión de la dirección federal, y también la verbalizó luego la secretaria de Organización, Leire Pajín, en rueda de prensa.


Lecturas equivocadas

Pajín se empeñó además en que la derrota no debe intepretarse más allá del contexto europeo en el que se ha producido, y advirtió al PP de que «si hace una lectura diferente se equivocará». Dicho esto, admitió que los socialistas no pueden «darse por satisfechos» porque no han ganado, pero afirmó que el resultado es «razonablemente positivo» teniendo en cuenta los factores que han concurrido: el momento más duro de la crisis, el voto de castigo a casi todos los gobiernos de Europa y la escasa movilización del electorado del PSOE frente a un PP que sí ha tensionado a los suyos. Este extremo lo explican en Ferraz tras esgrimir que la mayoría de los cuatro millones de parados y de quienes más padecen la crisis son votantes de izquierdas que han decidido quedarse en su casa.

Estos análisis se hicieron a la espera de los sondeos postelectorales que permitarán al PSOE hacer una lectura más exhaustiva de los resultados y de los asuntos que más les han podido perjudicar en campaña. De momento hay versiones contrapuestas sobre la polémica de si las menores pueden abortar sin conocimiento de los padres.