Nueva York
El regreso al futuro de Depeche Mode
Tomar un café con Martin Gore resulta una experiencia interesante, mística ahora que las drogas y el alcohol forman parte de su pasado. Me recibe en un lujoso hotel del centro de Londres. Aún se empeña en aguantar su rubia permanente con cantidad de gomina. Va vestido completamente de negro, uñas incluidas. Al verle uno se pregunta cuántos jóvenes que copian su aspecto los domingos en Camden Town seguirán la tendencia cuando ronden los 48 años que tiene ya el compositor. Porque, pese a todo, Gore se autodefine como el responsable de las letras y música de Depeche Mode (DM). El combo británico, completado por Dave Gahan y Andrew Fletcher, publica mañana «Sounds of The Universe» (EMI MUSIC), el álbum número 12 de una carrera que roza casi las tres décadas. El trabajo es sólido, el más maduro del trío. Grabado en Santa Bárbara y Nueva York recoge una interesante mezcla de texturas realizada a base de sintetizadores, analógicos y «samplings» que muestra el inconfundible sello de los ya bautizados como «padres de la música electrónica». Aunque deja también las puertas abiertas a la innovación. Según Gore, el álbum supone «el más R&B» de todos y también el más «prolífico». «Nunca había escrito tanto. Normalmente hacía las canciones necesarias, pero en esta ocasión llegué al estudio con 18. Todo el mundo estaba feliz», matiza. El hecho de que Gahan también aportara otros cuatro temas «no supuso un problema». Tras sus dos trabajos en solitario, el cantante ha visto reforzada esa faceta que ya mostró con «Playing The Angel» y ha logrado colar tres canciones. Una buena relación «Dave estaba mucho más relajado. En el último trabajo vino con quince y quería meter casi la mitad. Le dijimos que era primerizo y que había que hacer las cosas poco a poco». Las palabras podrían interpretarse con malicia, como las que dice alguien a quien nunca le ha gustado que pisen su terreno. Pero puestos a creerle, Gore asegura que la relación entre ambos «nunca ha sido mejor. Será cosa de la edad, pero ahora tenemos un sano respeto el uno por el otro», declara. Las drogas, o mejor dicho, la ausencia de las mismas también han hecho lo suyo. «Hace tres años que dejé de beber y todo ha sido más fácil en el estudio. Dave también está limpio. Tenemos una cosa en común». Por primera vez, Gore se ha dado cuenta de «que la oscuridad no es necesaria» para componer. Tras el descarte oportuno, el grupo, que ha contado de nuevo con la producción de Ben Hillier, se ha quedado con un total de trece temas y ha elegido «Wrong» (Equivocado) como carta de presentación. «Es como una comedia negra y musicalmente resulta bastante impactante. Intentamos innovar y es muy diferente a lo que hemos hecho, pero sigue siendo DM». Ruidos y choques La canción es de las que engancha. Tiene fuerza y va acompañada de efectos de ruidos y choques marcados después en un videoclip totalmente angustioso. Sin embargo, muchos consideran que no merece el título de single, ya que éste debería habérselo llevado «Peace». La canción es bellísima y el propio Gore reconoce que es una de sus «mejores creaciones». Tiene todas las papeletas para convertirse en un clásico del calibre de «Personal Jesus» o «Enjoy the silence». «Seguramente se convertirá en segundo single», asegura. Se levanta de la mesa y gana la apuesta. No logro sonsacarle quién era «Jezabel», la mujer malvada y libertina a la que dedica la única balada a la que pone voz el álbum. La victoria le produce una enorme satisfacción.
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