Barcelona
El «segundo violador de Eixample»: «Me arrepiento y soy inocente»
La presunta víctima del violador múltiple sufrió una crisis nerviosa durante la sesión y no le pudo identificar.
BARCELONA- Fue una «performance» en toda regla, que precedió a un juicio con sentencia imprevisible. Alejandro Martínez Singul, ciudadano barcelonés de 41 años, y más conocido como el «segundo violador del Eixample –barrio de Barcelona–», fue juzgado ayer por masturbarse delante de una chica en un tren e intentar abusar de ella sexualmente. Martínez Singul se presentó en los juzgados ataviado con un pasamontañas. El juicio fue a puerta cerrada. El imputado negó los hechos y se arrepintió «de todo lo que he hecho en el pasado». Se refería a la decena de violaciones de las que fue acusado en 1992. Fue condenado a 65 años de cárcel, de los que cumplió 16, al haber sido juzgado con el antiguo Código Penal.ExhibicionismoSin embargo, tras ser excarcelado fue condenado a un año de cárcel por un delito de exhibicionismo cometido en Perpiñán (Francia). Los hechos por los que fue juzgado ayer se remontan al año pasado, cuando presuntamente se masturbó frente a una joven en la estación de Arc de Triomf de Barcelona. En total, Martínez Singul ha pasado 17 años de 41 en prisión, y además ningún psicólogo le consideró rehabilitado antes de salir de prisión. Fue una excarcelación muy polémica, y a día de hoy sigue dando de qué hablar.La supuesta última víctima del violador sufrió durante el juicio una crisis nerviosa que le impidió señalar a su agresor. La joven le había identificado en una rueda de reconocimiento anterior, pero ayer no fue capaz. Este hecho complica, y mucho, la resolución del caso. La identificación de la víctima es esencial para un juicio en el que la Fiscalía pide una condena de un año de cárcel, por delitos de exhibicionismo y por intentar manosear a la joven, de 31 años, y que estaba durmiendo en el momento de los hechos.Martínez Singul hizo lo imposible para evitar el contacto con los periodistas tras finalizar la vista, que casi duró una hora, pero no consiguió su objetivo. Se vio obligado a decir algo y sus primeras y casi únicas palabras fueron «soy inocente, inocente», aún con el pasamontañas y rodeado de agentes de la Guardia Civil. Según dijo, en el día de los hechos no estaba en la estación de Arc de Triomf, sino en la población de Cardedeu (Barcelona), por lo que se desmarcó de esta acusación y, de nuevo, se arrepintió de las violaciones cometidas en el pasado, todas ellas sobre menores.Tras estas breves declaraciones, Martínez Singul huyó rápido de los medios de comunicación e intentó coger un taxi, pero la respuesta del conductor fue «está reservado». No obstante, no se dio por vencido y pidió ayuda a una patrulla de los Mossos d'Esquadra, que mostraron una pasividad absoluta. Finalmente, echó a correr por la acera, se quitó el pasamontañas y, esta vez sí, consiguió el ansiado taxi.
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