País Vasco
«El tilo en la senda del Tejo» por Isabel Ramírez Grand
En la lista de Árboles Singulares de País Vasco hay varios tejos centenarios y sobre todo encinas, pero también podemos encontrar un hermoso tilo, el de Antoñana, cuyo porte nos transporta a un mundo de cuento. Antoñana es un pequeño pueblo de la Montaña Alavesa, considerado Monumento Nacional de Euskadi y ubicado en pleno Parque Natural de Izki, en Álava. A poco más de una hora de esta amurallada aldea se alza la proa de un barco rocoso hundiéndose en la vegetación: el monte Soila (993 m). Y en los escarpes calizos de este monte, como es frecuente entre los tilos, crece el fantástico ejemplar, de casi 24 metros de altura, al que se llega por la senda Agin (senda del Tejo en vasco). Sin embargo, hoy está partido, tal y como aseguran desde el Parque Natural de Izki.El sendero atraviesa bosques de encinas, robles, tejos centenarios y hayas, donde se cultiva la trufa y por donde las afanadas abejas pululan para obtener el polen, con el que fabrican una miel que cuenta con denominación de origen. Al ir tomando altura, las vistas se vuelven espectaculares. Y al llegar al tilo (Tilia platyphyllos), su silenciosa compañía y su poderosa pero suave presencia nos embriagan, pues tanto su grueso tronco, de casi cinco metros y medio de perímetro, como los 18 metros de diámetro de copa que conforman sus retorcidas ramas, nos hablan de los años transcurridos, del peso de la nieve y de las podas para la obtención de tila. Esta conocida infusión relajante se obtiene principalmente de sus aromáticas flores que, amarillentas y agrupadas en ramilletes de dos a cinco, nacen de las axilas de las hojas en junio o julio. Pero esta especie contiene sustancias con otras muchas propiedades terapéuticas, pues además de sedante, antiespasmódica, hipotensora y vasodilatadora (características todas ellas que explican su función tranquilizante), es antirreumática, diurética y cicatrizante, además de utilizarse en afecciones digestivas, procesos gripales, como cosmético para la piel y contra la caída del cabello. Lo mejor es que la multifuncional tila se puede obtener también de las hojas, de la corteza y de las ramillas del árbol. Los tilos, casi siempre aislados y escasos en nuestra Península, o plantados con función ornamental en parques y avenidas –por la amplia sombra que ofrecen– forman en cambio extensos bosques en el sur de Rusia. Y se dan en general en gran parte de Europa: en Polonia, los viejos tilos eran considerados como árboles sagrados, símbolo de valor y victoria, mientras que los antiguos griegos y eslavos respetaban a los tilos como el hogar de sus diosas del amor, seguramente por sus hojas en forma de corazón.
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