El triunfo del «núcleo duro»

Tras meses de rumores y baile de nombres, Rajoy deshojó la margarita. Por segunda vez, Mayor Oreja será el candidato del PP en Europa. Una elección no compartida con unanimidad en la dirección del partido, pero que demuestra que Rajoy no deseaba sorpresas. Ambos líderes mantuvieron discrepancias antes del congreso de Valencia, recrudecidas por la salida de San Gil y su potente eco mediático. Muchos sospechaban la mano oculta del ex ministro, aunque hace unas semanas se produjo un acercamiento que fructificó en un almuerzo privado el mismo día de la votación parlamentaria de los Presupuestos. La elección de Mayor Oreja significa una victoria para el «núcleo duro» del partido, donde se sitúa el flamante candidato, mucho más cercano a la cúpula saliente que a la entrante. Los cambios en el País Vasco no gustaron a Oreja, que se mantuvo en una distante retirada. Incluso en el último viaje de Rajoy a Estrasburgo sólo mantuvieron un breve encuentro y el ex ministro regresó a Madrid. Ello disparó las alarmas sobre su sustitución, mientras surgían de nuevo los nombres de Ruiz-Gallardón, Barberá o Arias Cañete. En las filas populares fue muy claro el apoyo de Aguirre a Oreja, junto a otros representantes de la «vieja guardia». Rajoy prefiere lo ya conocido a experiencias por conocer. Acierte o yerre, la decisión es sólo suya.