El valor de la biodiversidad por Toni P

Como diría un castizo, Ana Leiva fue cocinera antes que fraile. O sea, que ahora es la directora de la pujante Fundación Biodiversidad, que gestiona, actúa y participa al margen de intereses políticos y partidistas –lo que acentúa su validez–, pero antes conoció, y muy bien además, los entresijos de la política. Es riojana, casada y madre de dos hijos. En La Rioja se curtió en el mundo político. Fue alcaldesa de Cirueña (Rioja), consejera de Agricultura y Medio Rural del Gobierno riojano y, después, secretaria de Estado de Cooperación Territorial.Lo siguiente que le tocaba a Leiva era ser ministra, pero ella lo ha cambiado por la dirección de la Fundación. Su gestión y los resultados que está alcanzando demuestran que no se equivocó en la elección. La Fundación crece en su actividad y, sobretodo, en su prestigio. Su función esencial es la conservación, el estudio y el uso sostenible de la biodiversidad. En ese ámbito se están desarrollando importantes labores, como la contribución a la conservación de 62 especies amenazadas de fauna y flora y la preservación de más de cien espacios naturales en España. Y o tan desconocidas como la protección del toro de lidia extremeño, la recuperación de la abeja en estado silvestre o la conservación del oso pardo cantábrico.Pero, a Ana Leiva, además, se le nota su pasado en el medio rural. Vivió en un pueblo y al medio rural dedica gran parte de su actividad. Quiere demostrar que biodiversidad es, además, la lucha por el patrimonio natural, y rural. Por su experiencia para afirmarlo, seguro que lo conseguirá.