Barcelona
Embarca como puedas
La ampliación del aeropuerto de Barcelona ya es una realidad. La T-1 ya funciona. Ha sido un parto largo y costoso. Su paternidad diversa. Para unos totalmente socialista y para otros a partes iguales entre convergentes y populares. Al final Spanair ya vuela desde el superaeropuerto barcelonés a la búsqueda de la gestión más adecuada. Una gestión que también divide a la sociedad civil ¿Quién debe controlar esos 300.000 metros cuadrados de hormigón y cristal?, ¿sólo Aena a 600 kilómetros desde Madrid?, ¿la Generalitatsin experiencia en ese tipo de infraestructuras?, ¿la empresa privada? O, tal vez, ¿una mezcla de los tres sectores que sepa sacarle el jugo suficiente que contente a todos? Sea quien sea debe tener en cuenta que la T-1 no puede quedar como una terminal aérea para vuelos de corto o medio recorrido. La ampliación del Prat debe convertirse en un aeropuerto de referencia del sur de Europa. Quien quiera cruzar el charco desde tierras sureñas y europeas debería pasar por Barcelona. Además, la Ciudad Condal se acabaría de convertir en un punto de referencia mundial. Dicho esto esperamos que la T-1 no acabe como aeropuerto de compañías de bajo coste que se peleen por meter viajeros en sus aparatos de cualquier manera. Me cuenta un amigo que recientemente en Bruselas tuvo que correr por la pista para subir a su avión. Ridículo, pero real.
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