Estreno teatral

Engañarse a sí mismo

La Razón
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La ministra de Igualdad ha declarado que un feto de 13 semanas es «un ser vivo; lo que no podemos hablar es de ser humano porque eso no tiene ninguna base científica». Científicamente se pueden comprobar hipótesis mediante experimentos, pero saber que una entidad es perro, gato u hombre no se puede comprobar con experimentos. Es de sentido común; cualquier persona que no quiera engañarse puede saberlo. También quienes son partidarios acérrimos de la libertad para abortar, como la feminista Judith Jarvis Thomson, reconocen que se trata de un ser humano. Pero tienen simultáneamente el coraje de afirmar que no tenemos por qué preocuparnos de los demás seres humanos. La mujer, si no quiere al ser humano que lleva dentro, puede abortarlo. El embarazo, según esta versión, es una cuestión que afecta a la mujer y a otro ser humano en camino, pero éste no puede exigir nada a su madre. La versión de la ministra es menos valiente: prefiere decir que la realidad no es como es para tranquilizar conciencias, en vez de aceptar con coraje la decisión de acabar con la vida del no nacido. Con maquillaje, todo es fácil de aceptar.