Relación España/Venezuela
Felices fiestas
Por qué a Zapatero se le permite todo y a Rajoy no se le pasa una? El presidente del Gobierno parece inmune a las tonterías, como la del conejo navideño, a los resbalones, como el del «accidente» de Barajas, o a las barbaridades, como el seguir negociando con ETA tras haber vuelto a matar, mientras al líder de la oposición se le cuelga de la primera farola a la menor metedura de pata. La única explicación que le encuentro es que los españoles nos sentimos más cerca de Zapatero que de Rajoy, lo que no es ninguna medalla para nosotros. Rajoy es un tipo bastante aburrido, al menos públicamente, más bien flemático, que haría un excelente papel en una democracia parlamentaria al estilo de la inglesa. Pero nuestra democracia se parece a la inglesa lo que un huevo a una castaña, la flema nos pone de los nervios y el aburrimiento no encaja en nuestro frenético estilo de vida. Así que preferimos un cantamañanas que salta de rama en rama sin saberse bien adónde va, que sale siempre con ideas nuevas aunque sean absurdas y que habla mucho aunque casi todo lo que dice sean mentiras. Pero así somos y, al parecer, así seguiremos por Dios sabe cuánto tiempo. El problema, en suma, no es nuestra clase política, que en vez de resolver los problemas se dedica a ampliarlos cada vez más, sino nosotros que, primero, la hemos elegido; segundo, le hemos dado los instrumentos para hacer disparates a su antojo y, tercero, tales disparates nos importan un pito hasta que nos afectan particular y dolorosamente. No estoy diciendo que los españoles no hayamos interiorizado el euro, como dice Solbes, demostrando no haber cumplido su deber como ministro de Economía, sino que no hemos interiorizado la democracia, pese al cuarto de siglo que llevamos en ella. Tan poco la hemos interiorizado que ni siquiera nos hemos preocupado de exigir unos diputados que nos representen personalmente, dejando a los partidos que los elijan por nosotros, y así se portan ellos: como si el país les perteneciera. Digo país y no España, porque para algunos, España no existe. A pesar a todo, felices fiestas.
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