Feliciano López y María José Suárez se reconcilian en Ibiza

Ibiza y la moda «ad lib» como refugio de soledades, aunque sean relativas y de corta duración, como la de Feliciano López y María José Suárez, e incluso apenadas, como la de Toñi Salazar por Es Cavallet. Escape también para Carla Pereira, la brasileña dejada por Joaquín Cortés tras medio año de relación. Contaban que él la despidió en un quiebro torero diciéndoselo por teléfono, algo que me desmintió cuando dejábamos la isla blanca. Ella fue de las «top models» que animaron, venga a darle a su pandero tan sobresaliente, el 35º aniversario de la moda «ad lib». Abel Matutes patrocinó las relaciones de la princesa Smilja cuando lo crearon, allá por 1974. Desde entonces, Aznar y José Luis de Vilallonga, entre otros, han sido pregoneros de un estilo ahora recuperado, aunque con profusión de volantes, por Luis Ferrer, Beatrice San Francisco y Piluca Vallart. La paternidad de Cortés María Castro acentuó su voz aguda como presentadora de un casting con mucha miss. Debutó Estíbaliz Pereira, la primera gallega en treinta años que logra el título de Miss España. Como buena gallega, es partidaria de llamar a su ciudad «La Coruña», igual que Paco Vázquez, en lugar del recién inventado y provinciano «A Coruña». Entre desfile y desfile, Carla me contó con reservas cómo finalizó «lo suyo» con Cortés, que se niega a someterse a las pruebas de paternidad: «No me abandonó vía teléfono, hasta ahí podíamos llegar. Fui yo quien lo dejé», afirmó. Pero no me dejó muy convencido, mientras María José Suárez disfrutó «hasta terminar ¿reventá¿» en una moto náutica. Una manera de celebrar sus recompostura con el parece que difícil Feliciano López. Ahora le impone condiciones, menuda es la miss sevillana, que jaleó a una cariacontecida Elizabeth Reyes. No era para menos: estrenaba libertad tras su fiasco -del que la previne- con Fran Rivera. «Él no se aclara y juguetea con una y otra. Además, estoy harta de ser la ex del torero cuando tengo méritos y nombre gracias a mi profesión. Por sólo cinco meses no quiero ser la eterna ex de Fran, alguien que todavía está buscándose», espetó hinchando el pecho, que sobresalía como pocas veces. Fue un desfile reducido y condensado, sin interminables prolongaciones que no llevaban a nada. Sólo al aburrimiento. Vimos recreaciones únicas como las de Tony Bonet, lo mismo de siempre teñido en azul añil de la mano de Piluca Vallart y, en general, un emplazamiento más urbano, así como las ganas de mantener lo de hace 35 años. Ibiza sigue en pie aunque se anuncia la peor temporada en años. De momento, el chiringuito de Es Cavallet cambió de manos y ha disparado los precios de la carta, mientras que los hoteles ofrecen poca ocupación en lo más alto de la temporada. Triste pero real, aunque el presidente Zapatero no se entere. Elizabeth Reyes y la nueva Miss España desfilaron en la pasarela «ad lib»