Literatura

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Feria de vanidades

La Razón
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Otro año se ha celebrado en los Jardines del Buen Retiro de Madrid la conocida Feria del Libro. Mucha afluencia de público y demasiados «autores» firmando. ¡Y dicen que la crisis afecta la cultura! En ninguna época ha tenido acceso a las editoriales tanto autor inmerecido, siempre que se costee el importe de la edición para luego exhibirse en la feria de las vanidades.Antes, las editoriales de prestigio cuidaban la selección de sus autores, que algunas conservan todavía el nombre pero no los objetivos con que se fundaron. ¿Es democrático ejercicio de libertad que todo ocupe el mismo saco? Parece ser que ahora la ignorancia se tolera mejor si el que firma es popular, aunque no sepa escribir. Es más rentable y promocionado.Como testigo de excepción lo he vivido en mi experiencia. Cada vez el género literario es más difícil publicarlo o venderlo por las diversas exigencias de los intereses editoriales. Hay libros que están escritos bajo la normativa literaria y para un público sensible, respetuoso, asimilador de lo bello y formado. Lamentablemente abunda lo contrario. No se recoge si no se instruye ni se educa en lo más elemental: el idioma común y su gramática.Uno de los días que firmaba en una de las casetas del Teatro, unas tres señoritas, más bien jóvenes, se acercaron al expositor de mis obras, entre ellas «El salto de la gallina» y «Momos en la Nochebuena», y me preguntaron por esos libros de recetas de Nochebuena que no conocían, que cómo se cocinaba «Momos en la Nochebuena». Desconocían el significado de la palabra momos. ¿Debemos sorprendernos ante una sociedad que no pone el mayor empeño en el conocimiento de nuestra Lengua, tan enriquecedora y de tan óptimas raíces?¿Las políticas culturales ignoran la pobreza lingüística actual? Que no se oculten, que no descuiden su compromiso y que no mientan.