Fórmula Button

El pasado año el título de la Fórmula 1 se decidió de forma agónica a favor de Lewis Hamilton en la última carrera... en la última vuelta... y en la última curva... Conseguir mayor emoción parecía imposible pero los señores que mandan en la Federación Internacional (FIA) cambiaron el reglamento técnico para esta temporada y peor no les han podido ir las cosas. Las normas han fracasado por completo y el ingeniero más listo de la actual F-1, Ross Brawn, ha sacado un gran partido a una laguna legal (los difusores) para crear un coche totalmente invencible.

Ayer en Estambul, su piloto Jenson Button logró la sexta victoria de la temporada y se encamina de forma imparable hacia el título. Nadie es capaz de hacerle frente, ni siquiera la todopoderosa Ferrari, que volvió a fracasar en su intento de enderezar el rumbo que les ha apartado de la senda del triunfo. Sebastian Vettel arrancó ayer en «pole position» y planteó una estrategia muy arriesgada para intentar sorprender a Button. Su táctica se basaba en tres paradas y para lograr su objetivo debía tirar muy fuerte en las primeras vueltas; pero un error de conducción poco después de empezar la carrera dio al traste con sus escasas opciones. Button le pasó y desde ahí impuso un ritmo muy fuerte que nadie pudo seguir. Además, el error de Vettel le valió también a su compañero Webber, que terminó en segunda plaza y poco a poco va escalando posiciones en la clasificación general. Esta vez, la cruz se la llevó de nuevo Rubens Barrichello. Tuvo problemas en el cambio de su monoplaza y esto le impidió hacer una buena salida. Cayó hasta la novena plaza y además, en su intento por recuperar posiciones, cometió varios errores. Chocó con Kovalainen, hizo un trompo y le pasaron otros seis pilotos. Más tarde abandonó y, a pesar de tener el mejor coche, demostró que quizás su estancia en la F-1 terminó hace tiempo. Alonso tampoco tuvo una buena carrera en Turquía. El R29 no da para más y el asturiano poco puede hacer en pista a pesar de que arriesga mucho.

Arrancó en octavo lugar pero después su pobre estrategia le mandó al décimo puesto. Salió muy descargado en la clasificación y en carrera este planteamiento le pasó factura. En las primeras vueltas peleó con Rosberg y Raikkonen, pero una vez que entró en boxes fue el primero en hacerlo, se hundió en la tabla sin opciones de nada. El español está desesperado y da la temporada por perdida. Además, las pocas esperanzas que tenía en las evoluciones creadas por sus ingenieros se fueron al traste nada más probarlas. Los demás mejoran ligeramente y poco a poco, el Renault pierde competitividad en favor de escuderías como BMW y Ferrari, que ya están por delante de ellos. El desconcierto domina la escena de la actual Fórmula 1.

¿Abandonar o seguir?

Es la pregunta que pulula en el ambiente de algunos equipos. Muchos quieren abandonar la evolución del coche de esta temporada y centrarse en el monoplaza de la siguiente. El tema de los difusores es complejo de corregir ahora y muchos piensan hacerlo. Pero el problema es que no hay un camino claro que seguir, porque las incógnitas políticas que invaden la F-1 para 2010 son muchas. Y algunas escuderías no quieren dar la imagen de rendición a estas alturas de la temporada.