Crisis económica
«Garbanzos y bacalao» por César Lumbreras
A la fuerza ahorcan. Y es que la crisis económica está cambiando nuestros hábitos de consumo de alimentos, o por lo menos los de una parte de la sociedad. Días atrás me informaban que una de las empresas más importantes que se dedican a la comercialización de legumbres había visto como se disparaban sus ventas de lentejas, garbanzos y judías hasta un 30 por ciento durante los últimos seis meses. Ello indica que las actuales dificultades económicas nos han obligado a buscar alimentos más baratos y con los que puedan comer más personas; no obstante, también puede que haya incidido en este aumento del consumo de platos de cuchara el duro invierno que hemos sufrido, con temperaturas más bajas que en años anteriores. Sea por lo uno, por lo otro, o por la combinación de una serie de factores, la realidad es que bienvenida sea la recuperación de las legumbres, productos que habían sido injustamente tratados y minusvalorados en los últimos tiempos, a pesar de sus propiedades nutritivas y de sus «bondades» para nuestra salud. Y, justo ahora, cuando ya hemos enfilado la recta final de La Cuaresma y se aproxima la Semana Santa, nos encontramos metidos de lleno en las fechas en las que más brilla una de ellas. Se trata de los garbanzos preparados en potaje. En la tradición culinaria española no se entiende esta época sin que aparezca sobre la mesa de las casas o en los menús de los restaurantes este plato, que cuenta con dos ingredientes básicos, los citados garbanzos y el bacalao. Dependiendo de las distintas regiones, incluso bajando a nivel de comarcas, las variaciones son múltiples, ya que se incorporan otra serie de productos, como, por ejemplo, las espinacas, por citar tan solo uno. Ahora solo falta reivindicar el potaje como plato de todo el año.
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