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Generar electricidad con luz solar costará la mitad cada siete años

Hoy la energía fotovoltaica ni siquiera cubre el uno por ciento de la demanda eléctrica de la UE. Sin embargo, para 2020 podría suministrar hasta un 12 por ciento. Pero, ¿a qué precio?

Generar electricidad con luz solar costará la mitad cada siete años
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Con el ritmo actual de producción, las reservas de petróleo darán para 42 años, las de gas natural, para 60, y las de carbón, para 133 años, según el informe de la petrolera BP «Statistical Review of World Energy». Y en esta contrarreloj en la que el tiempo juega claramente en contra del actual modelo energético, renovar el mix cuanto antes resulta esencial, sobre todo cuando las reservas están en manos de una veintena de países. Sin embargo, incluso los países líderes en renovables, como España, están todavía hoy en la línea del pistoletazo de salida de esta carrera cuya meta a perseguir es que las energías limpias tomen un mayor protagonismo en la red. En la actualidad, el peso de las renovables en la UE es prácticamente insignificante (en 2005, menos del 10 por ciento de la energía producida venía de estas fuentes). En el caso de la fotovoltaica, su peso es aún muy ligero. Menos del uno por ciento de la energía eléctrica consumida en Europa es solar (y eso que más de la mitad de los megavatios fotovoltaicos que hay instalados en el mundo están en la UE). En el caso de España, que en 2008 logró que fuera un uno por ciento, es previsible que suponga el 1,5 por ciento en 2009, un porcentaje con muy poco peso en la red, pero con posibilidades de crecer.Arriesgar para recogerY parece que por tecnología no será. Con el desarrollo actual, la fotovoltaica debería suministrar, en condiciones normales, entre el cuatro y el seis por ciento de las necesidades eléctricas de la UE en 2020, y podría cubrir hasta un 12 por ciento (entre 350 y 400 GW) para entonces si se establecen las condiciones favorables para su desarrollo. Éstos son los tres escenarios de futuro que recoge el estudio «Set For 2020», elaborado por la Asociación Europea de la Industria Fotovoltaica (EPIA) con la consultora A. T. Kearney. Pero, ¿a qué precio?Pues al parecer, y según dicho informe, generar electricidad con luz solar costará la mitad cada siete años, o dicho de otro modo, anualmente se abaratará en un ocho por ciento por el actual desarrollo de la tecnología fotovoltaica. Ahora bien, para lograr alcanzar ese 12 por ciento –que permitiría reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO2) en 196 millones de toneladas al año– Europa tendrá que destinar en primas nada menos que 235.000 millones de euros (8.703 millones de euros de media por país. En España, por ejemplo, en 2008 se dieron 976 millones de euros en primas a la fotovoltaica), que supondrán entre 291.000 millones y 191.000 millones de euros de beneficio neto (es decir, una vez restada la inversión). Eso, si Europa se arriesga realmente, pues de quedarse en un cuatro por ciento de meta, tendrá que destinar 155.000 millones de euros en primas, que permitirán obtener entre cinco y 39 millones de euros de beneficio a repartir entre los 27 Estados miembros. Pero, incluso viendo el importante beneficio que puede reportar esta inversión, lo primero que uno se pregunta es de dónde se sacará todo ese dinero en este momento (quizás si todos los países comunitarios logran cobrar tantos «impuestos» en parquímetros y radares como en España se consiga fácilmente...). Problema de evacuaciónPuede que alcanzar ese 12 por ciento con la energía solar fotovoltaica sea un objetivo muy pretencioso (muchos expertos así lo piensan), pero resulta del todo inalcanzable si no se resuelve el problema de evacuación. «Hoy con la actual red que hay en España no se puede conseguir», asegura Tomás Díaz, coordinador para España del estudio de EPIA, y portavoz de Asociación de la Industria Fotovoltaica (ASIF). La energía solar fotovoltaica puede lograr superar el problema de evacuación de varias formas. Lo primero, sería conseguir una mejor conexión (las obras para crear una nueva conexión de España con Francia y por tanto con Europa comenzarán en 2011 y se prevé que acaben en 2013). Para lograr el almacenamiento a gran escala, «servirían las hidroeléctricas de bombeo (estas centrales reversibles permiten satisfacer la demanda energética en horas pico y almacenar la energía cuando hay menos demanda, en horas valle), los vehículos eléctricos e híbridos, las pilas de hidrógeno y las interconexiones de corriente continua (como la de Siberia), que pierden menos energía eléctrica que las de corriente alterna», dice Díaz. Otra medida para intentar lograr este objetivo pasaría por crear una red de microgeneración en la que prime el autoabastecimiento energético (a partir de 2019 los nuevos edificios que se construyan en la UE tendrán que ser autosuficientes).En cuanto a la idea de utilizar los vehículos eléctricos para almacenar la energía, serían esenciales las TIC, ya que con su apoyo se podría desarrollar una red de transportes «inteligente» y ciudades menos contaminantes, tal y como demuestra el estudio de la Real Academia de Ingeniería (RAI) sobre «La contribución de las TIC a la sostenibilidad del Transporte en España».De este modo y «para evitar que se saturen las redes si todos los vehículos híbridos se ponen a la vez a «enchufar» a la red la energía almacenada durante la noche, las TIC permitirían decir por zonas cuándo los vehículos tienen que "retornar"la energía eléctrica almacenada», tal y como explica José Ignacio Pérez Arriaga, miembro de la RAI y profesor del Centro de Investigación de Energía y Protección Medioambiental del Instituto Tecnológico de Massachusetts, en EE UU.Arriaga explica que «se tardan entre dos y tres años en devolver la energía consumida para la fabricación de un panel solar». Pero sin duda, algo esencial para evitar que toda esa energía eléctrica se pierda sería «ejerciendo un control de la demanda que evite que se den tantos picos», añade.Cuestión de EspacioEl espacio, en cambio, no es un obstáculo, según Díaz. Así, «para tener una instalación de un gigavatio (o 1.000 MW) de potencia instalada si es con fotovoltaica se precisan 30 kilómetros cuadrados, con aerogeneradores, 100 km2, y con biomasa, 5.000», precisa. Ahora bien, lógicamente para alcanzar ese 12 por ciento de media en la UE, en los países comunitarios con mayor radiación solar, como España o Italia, se tendrán que poner más paneles. Así, aunque el objetivo sea lograr un 12 por ciento de media en la UE (entre 350 y 400 GW), «a España (que en 2008 tenía 3,4 GW acumulados) le corresponderían 40 GW solares (un 18 por ciento de la demanda eléctrica española) y a Italia otros 40 GW», explica Díaz. Es decir, una extensión de 1.200 kilómetros cuadrados de paneles solares o 120.000 hectáreas o el equivalente a 120.000 campos de fútbol en España. Otros factores que se han tenido en cuenta para el posible reparto son las redes, así como el desarrollo de la industria fotovoltaica de cada país. De este modo, el que más potencia tendría en este reparto es «Alemania, con 80 GW, lo que supondría el 13 por ciento de su demanda eléctrica, no la europea», añade Díaz.Sea como fuere, en Europa los paneles ocuparán una extensión total similar a la de más de un millón de campos de fútbol. Pero, lógicamente no tiene por qué ser sobre tierra verde. Además de los tejados, «hay tierras sin valor económico, como las zonas laterales de las carreteras, aparcamientos, antiguas tierras de usos mineros o industriales, las zonas contaminadas, etcétera. En cualquier caso, la ocupación de tierra es marginal, con órdenes de magnitud de 0,0001 o 0,0002 por ciento de la superficie terrestre de la UE», concluye Adel El Gammal, secretario general de EPIA.