«Hay posibilidades de perder la condición de Patrimonio Mundial»

A pesar de que el Ministerio de Cultura está intentando poner freno al demoledor informe de Icomos –organismo que asesora a la Unesco en materia de patrimonio– sobre el impacto de la Torre Cajasol, desde el propio departamento que dirige Ángeles González-Sinde comienzan a surgir voces críticas en relación al polémico proyecto de César Pelli. En declaraciones a LA RAZÓN de Sevilla, el subdirector general de Patrimonio Histórico del Ministerio de Cultura, Luis Lafuente, reconoció ayer que «hay posibilidades de que incluso Sevilla pierda la condición de Patrimonio Mundial» si continúa adelante la construcción del rascacielos. Tal distinción fue otorgada por la Unesco en 1987 al conjunto monumental formado por la Catedral, el Archivo de Indias y el Alcázar y supone un aval patrimonial de primer orden que repercute directamente en la promoción turística de la ciudad. Lafuente dejó la puerta abierta a que la capital hispalense pase a engrosar la lista del patrimonio en peligro del organismo internacional, un extremo que intenta impedir el propio Ministerio con la creación de un grupo de trabajo integrado por Javier Ribera, Carlos García Vázquez, Juan Miguel Hernández, Pablo Diáñez (a propuesta de la Junta de Andalucía) y Jaime Montaner (designado por el Ayuntamiento) para analizar «con el máximo rigor» y «profundidad» el impacto patrimonial del rascacielos, según apuntó el lunes el director general de Bellas Artes, José Jiménez.No obstante, Lafuente se mostró cauto sobre la labor que desarrollarán tanto el equipo del Ministerio como el de la Unesco, que evaluará en otoño las consecuencias de la construcción del edificio. «Ya veremos qué deciden ambos organismos. Además, no se descarta que se cree una comisión internacional con miembros de Icomos», matizó.En la XXXIII sesión del Comité del Patrimonio Mundial, que se celebra en Fibes hasta el próximo martes, se analizará el estado de conservación de conjuntos arquitectónicos de más de 80 ciudades, 30 de ellas incluidas en la lista negra de la Unesco. «Son los casos más dramáticos, ya sea por causas naturales o por decisiones del hombre, como conflictos bélicos o un desarrollo urbanístico desmesurado», apuntó Lafuente, quien insistió en que «Sevilla no cumple ninguno de esos parámetros».Sí es un tema común en las discusiones del Comité el papel que juega la arquitectura contemporánea en los conjuntos históricos, una cuestión que enlazaría con el caso sevillano. A juicio de Lafuente, «hay cartas internacionales firmadas por conservacionistas que son contrarias a estos edificios y otras por arquitectos que están a favor. Hay mucho debate y la verdad es que no hay unanimidad», subrayó.Sobre los últimos casos de ciudades incluidas en la lista del patrimonio en peligro, citó Colonia, que «estuvo un par de años en la lista negra porque iban a construir cuatro torres, pero finalmente salió porque se edificó sólo una de menor tamaño», y el puente sobre el río Elba, en Dresde, que «incidía directamente sobre el valle en el que se ubica».Torrijos propone el CercaníasMientras el alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín, guarda silencio sobre el anuncio de la Unesco de realizar un informe relativo al impacto de la Torre Pelli en el paisaje de la ciudad, el socio de gobierno hizo ayer su particular aportación al polémico debate. El primer teniente de alcalde, Antonio Rodrigo Torrijos, sugirió la construcción de un ramal del Cercanías desde la estación de La Cartuja para que «atienda la demanda de la zona, la de la Junta y la que se derivaría de la construcción de la torre». La propuesta sería articulada «a través de las administraciones y de la ciudadanía». El Ministerio de Fomento está adecuando actualmente la antigua terminal del AVE para que el Cercanías llegue hasta la Isla de la Cartuja.