Estreno

«Hitman» el videojuego más letal llega al cine

La Razón
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C. L. Lobo

Es letal, frío, carismático. Un asesino de elite creado por la ingeniería genética y al que conocen como Agente 47. Un criminal a sueldo que mata sin despeinarse (porque no tiene ni un pelo pero sí el código de barras tatuado en la nuca que le recuerda su futuro), aunque fue educado por una hermandad exiliada de la Iglesia. Contradictorio, enjuto y siempre de corbata, comienza a trabajar para un siniestro grupo, y entonces el depredador se transformará en presa. Después de arrasar en medio mundo, el francés Xavier Gens adapta para la gran pantalla el multipremiado videojuejo basado en la historia de Hitman y que protagoniza Timothy Olyphant: «He oído decir que la película costó 80 millones de dólares (en realidad, fueron 70, una cifra nada desdeñable tampoco), y no es verdad. Lo que sí posee el filme es un aspecto refinado, bello», dice Olyphant, el enemigo de Willis en «La jungla 4.0»

los vaqueros solitarios de leone

Sobre la preparación del papel, un hombre sin pasado, reconoce que fue necesario «ignorar la presión de los "fans"y cualquier asunto extracinematográfico para enfocarlo como uno más». Y aun cuando resulte raro, añade que «me atrajo el que no tuviera ni siquiera nombre. Yo habría dado incluso menos información sobre 47... Soy un gran admirador de Sergio Leone y de esos protagonistas suyos que llegan solos, cabalgando, a un pueblo y luego se van...». No se equivoquen, a pesar de lo antes dicho, porque el gran aficionado a este videojuego es Gens: «Con todo, no me animó a conocerlo. Hablamos en términos generales sobre el papel, sobre la elegancia de Hitman y de cierta tristeza que lo envuelve. Dos días antes de rodar ya me dio consejos más exactos».

En cuanto a la acusada violencia de éste y otros videojuegos, Olyphant duda, masculla «umm», duda de nuevo, se mira la punta de los zapatos. Y, al final, responde ambiguo: «Bueno... No sé. Yo crecí rodeado de la que emerge de la música, de la TV, de la propia consola. Mis padres nos lo permitieron, en pequeñas dosis. Pienso que, como sucede en otros ámbitos, si los videojuegos se manejan correctamente no pasa nada. Cuando abusamos de algo, sea agresivo o no, se convierte en un elemento peligroso».