Los Ángeles
Hugh Jackman: «Soy australiano no me molesta desnudarme»
El hombre más deseado del planeta vuelve a enseñar las garras (y algo más) en «X Men Orígenes: Lobezno», la nueva entrega de la saga. Pero Jackman confiesa que su carrera «nunca ha sido un camino de rosas».
Hace unos días pasó como una exhalación por Madrid y una semana después de su tour europeo lo encontramos en Los Ángeles antes de viajar hasta México, donde va a presentar la nueva franquicia de «Lobezno». Entrevistar a Hugh Jackman es un placer, posee unas maneras exquisitas, se trata de una estrella que no actúa como un divo de Hollywood, que tanto abundan en esta ciudad. Jackman regresa a la gran pantalla con sus garras de acero y un cuerpo formidable que le permite pelear como si tuviese la fuerza de veinte hombres y le ha convertido en el hombre más sexy del planeta. Ahí es nada.–¿Qué fue lo primero que comió después de seguir durante seis meses una estricta dieta para interpretar a Lobezno?–Cereales, un plato de espaguetis a la boloñesa y lasaña.–En la Meca todos hablan maravillas de usted, lo que no resulta demasiado usual ¿Cuál es su secreto?–Soy un actor bastante curioso a quien le interesa buscar personajes interesantes, y nada amigo de las polémicas, ni pienso solo en mí cuando me encuentro en un rodaje. Me gusta formar parte de un grupo, de un equipo. Actuar me enseña mucho sobre mí, me informa de mi manera de ser.–¿Siempre ha sido así, o los altibajos de su carrera le han llevado a pensar de esa manera?–Lo que realmente cambió mi vida fue descubrir la meditación,hace quince años que la practico una hora cada día, la meditación transformó por completo mi existencia y mi forma de pensar.–¿Cómo se ha desarrollado su trayectoria desde la primera vez que interpretó por primera vez a Lobezno hasta ahora?–Al principio fue divertido, aunque confieso que me dio miedo lavorágine en la que me metí por este personaje. Ahora me siento más asentado. Mi carrera nunca ha sido un camino de rosas, hecometido errores, reconozco que tomé decisiones erróneas, pero todo cambió cuando actué en Broadway. Muchos me aconsejaron no ir, aunque sentí que debía hacerlo y ahora compruebo que fue algo acertado porque me dio otra perspectiva de mi carrera en América. Desde entonces todos los proyectos que he hecho han tenido una razón y me han ayudado a sentirme más conectado con mi profesión.–Tiene planeado ir de visita a México, ¿no le da cierta aprensión viajar con el brote de gripe porcina que afecta al país?–No. Entiendo el temor y la preocupación, pero tengo muchas ganas de ir, es un país maravilloso que siempre me ha tratado muy bien y no tengo miedo de ir a saludar a mis «fans».–La fama forma ya parte plenamente de su vida...–No me ha cambiado, hoy tuve una conversación con mi hijo Oscar, de 8 años, a él a veces le molesta que todo el mundo me pida una foto y no se la hagan a él y le estaba explicando cuáles son realmente las cosas importantes, la familia, el amor, los amigos, porque la fama igual que llega desaparece. Ahora muchos quieren verme, aunque quizá dentro de un año sea distinto. Lo importante no es quedarse sólo con los momentos buenos sino tambiéncon los malos, disfrutar la obra de teatro que es la vida y la que nos ha tocado a cada uno.–¿Siempre piensa de manera tan positiva?–Eso se lo debo a la meditación.–Indudablemente, se trata del «sex symbol» del momento, y tiene una escena en esta película en la que aparece desnudo. ¿Le gusta esa etiqueta?–Ya aparecí desnudo en «X Men 2», soy australiano, no me molesta mostrar mi cuerpo. Respecto a lo de «sex symbol», hay que tomárselo con humor, nadie debería creer algo así en serio, yo desde luego no lo hago. Un actor debe estar preparado para reírse de sí mismo, porque si no nuestra profesión se convertiría en una tortura.–Usted siempre parece que le está hablando directamente a las mujeres... ¿Qué les diría a los hombres sobre la manera en que debe comportarte un verdadero caballero?–Nosotros no valoramos tanto el aspecto romántico como deberíamos, pero a través de la historia podemos descubrir que éste, y me refiero a tratar a tu pareja igual que si fuera una diosa, antes era una cuestión de honor. Eso aviva una relación, y así trato yo a mi esposa. Me gustaría que ninguno cayera en la rutina. Me parece triste que algunos consideren cursi el romanticismo, cuando en realidad resulta divertido y bastante masculino.–¿Ahí radica, entonces, el secreto de su matrimonio?–El secreto es, simplemente, casarse con la mujer adecuada. Una vez que lo has conseguido debes convertir a tu pareja en una prioridad, tiene que ser lo más importante de tu vida, por delante de tu carrera.
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