Iberoamérica olvidada

El Parlamento Europeo ha cerrado sus puertas hasta el próximo 14 de julio, cuando se formará la nueva Cámara que salga de las elecciones del próximo día 7. Y, olvidado en algún sótano, entre obsequios de delegaciones y escáneres sin usar, se ha quedado también un mapa de Iberoamérica.

El Cono Sur es el gran descuidado por los principales partidos en estas elecciones, más influenciadas por las relaciones con Estados Unidos, Rusia, Oriente Medio o incluso nuevas estrategias de cooperación con África para la próxima legislatura. Los españoles en el Partido Popular Europeo (PPE) y el Partido Socialista Europeo (PES) no han hecho valer su peso para dejar el sello hispanolatino, del que se enorgullecen por ser los grandes valedores y vínculo de unión entre Europa e Iberoamérica.

El manifiesto del PPE no incluye ni una sola mención a los países de América Central y del Sur. Priorizan en su cara exterior unas relaciones más «firmes y profundas» con EE UU, evitar cualquier atisbo de una nueva Guerra Fría con Moscú, y el reforzamiento de un espacio de seguridad europeo, a través de las políticas de paz con los vecinos del Este (ex repúblicas soviéticas) y del Sur (países de la ribera mediterránea). No obstante, Latinoamérica no se reconoce como una buena estrategia para conseguir votos, y la nueva ola de izquierdas que ha barrido las capitales de la región se ha llevado también por delante el interés de los populares por los 550 millones de iberoamericanos.

«Parece ser que han colado un gol a los eurodiputados españoles», reconoce una fuente del propio partido, en referencia al interés que tienen por la zona. En conversación informal, el eurodiputado español Ignacio Salafranca, co-presidente de Eurolat (la Asamblea que une a parlamentarios de América Latina y la UE) indica que preparó unas aportaciones sobre el subcontinente, y se excusa diciendo que «lo más importante no es el manifiesto».

«Cooperación real e integral»

Los socialistas sí que han tenido en la memoria algunas palabras generales para esta zona del mundo. En su documento, defienden que la UE desarrolle sus relaciones con el continente iberoamericano «con el fin de crear una cooperación real e integral en todas las cuestiones relevantes y apoyar su proceso de integración regional». No obstante, esta referencia no deja de ser escueta, teniendo en cuenta que el presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, es una referencia entre los socialistas europeos, por lo que su defensa del peso hispano debería ser escuchada entre las filas de su partido europeo. Ya fuera porque no tuviera en mente a los iberoamericanos o porque sus palabras volaron bajo radar, la prioridad que quiere dar Zapatero a la relación entre las dos orillas durante su presidencia de turno de la Unión Europea no ha calado con profundidad entre los suyos. De hecho, durante su semestre, que se iniciará el 1 de enero de 2010, se celebrará la VI Cumbre Unión Europea-América Latina y el Caribe, fecha en la que el mapa de Iberoamérica volverá a colgar en su sitio.