Artistas

Iconos conflictivos

La Razón
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Farrah Fawcett sigue viva en las emociones de los espectadores que durante los años setenta siguieron las aventuras de la serie «Los ángeles de Charlie». Michael Jackson alcanzó la fama universal que merecía justo a principio de los ochenta, con el éxito de su álbum «Thriller». Aunque no hay por qué comparar el alcance de cada uno, mucho mayor en el caso de Jackson, los dos han sido iconos de su época, síntesis y expresión de algunas tendencias profundas de los años en que vivieron. Ninguno de los dos estuvo nunca del todo satisfecho con ese estatus que muchos considerarían envidiable. Farrah Fawcett, recordada como un auténtico ángel por su público, fue una chica de calendario que a fuerza de normalidad, de proximidad y simpatía, caló en el corazón de los espectadores más de lo que suelen calar estos personajes. Lo sabía, sin duda, y por eso intentó trabajar en otros géneros y luego emprendió su lucha conmovedora con el cáncer que acabó con ella. Así se convirtió en un modelo de vida. La famosísima imagen de la mujer sexy en bañador rojo habrá de ser situada en esta biografía. A Michael Jackson, como a Farrah Fawcett, nadie le regaló nada. Pocos se han esforzado tanto para alcanzar el éxito o, mejor dicho, pocos han sido sometidos a tal presión para llegar a donde su familia quería que llegase. De niño le obligaron a ser adulto, y cuando llegaron el éxito y la madurez, se embarcó en una perpetua celebración nostálgica de la infancia, incomprensible unas veces, otras conmovedora. De voz inconfundible, creó un estilo de baile y demostró una audacia de visionario en sus planteamientos estéticos. A partir de ahí, su vida fue una perpetua lucha consigo mismo, una lucha destinada a satisfacer una fantasía de pureza inalcanzable, ajena a una edad conflictiva como es la nuestra. Los dos –es curioso– alcanzaron una inmensa popularidad en un país también conflictivo, como España, y en todas partes han hecho pasar momentos de felicidad inolvidables a millones de personas. Descansen ambos en paz.