Indignados con Fariña

La lista de indignados con la actuación del Colegio de Médicos de Madrid y su presidenta, Juliana Fariña, crece día a día. No se trata sólo de los empleados de la corporación, algunos de los cuales han sido despedidos en una insólita caza de brujas, ni de la ex secretaria general, la radióloga Cristina Martínez, que ha demandado por vulneración de derechos fundamentales y acoso moral a Fariña y su Junta. Tampoco son sólo el ex presidente de la OMC, Guillermo Sierra; el ex secretario general de la CESM y vicepresidente de la Federación Europea de Médicos Asalariados (FEMS), Carlos Amaya; o el médico general Manuel Cabezas. Los tres optaban a presidir el Colegio y es lógico que sufran por la triste situación por la que atraviesa. A ellos se han sumado en los últimos días dos pesos pesados de la Sanidad: Antonio Rivas y Joaquín Estévez. En calidad de ex secretario general del Sindicato Médico de Madrid y de colegiado, el primero lamenta en una tribuna «la situación de desgobierno, incompetencia y absolutismo de la presidenta», y critica la negativa de la Junta a hacer una declaración de sus bienes: «Esta situación parece dejar entrever que pueden existir situaciones poco claras en la gestión económica», dice. Estévez, presidente de una sociedad de gerentes, denuncia por su parte la filtración de sus datos personales a Uniteco, la correduría que aupó a Fariña a la presidencia. Un escándalo con mayúsculas.