Relaciones laborales
Italia: cárcel para funcionarios que finjan
Los funcionarios italianos que presenten un certificado médico falso para cubrir sus bajas se arriesgan a ser condenados con penas de cárcel de hasta 5 años y a pagar multas que van de 400 a 1.600 euros. El mismo castigo será aplicado a los doctores que certifiquen enfermedades inexistentes, exponiéndose además a ser expulsados del Colegio de Médicos y al despido en caso de que trabajen para la Sanidad pública. Éstas son las penas previstas en un decreto impulsado por el titular de Administraciones Públicas, Renato Brunetta, quien ha hecho de la lucha al endémico absentismo laboral de los funcionarios italianos una prioridad. Las fuertes sanciones previstas por el Gobierno de Silvio Berlusconi forman parte de un ambicioso plan para mejorar la productividad de los trabajadores públicos. Aparte del palo de las multas y las condenas carcelarias, también existe la zanahoria de los incentivos económicos a los empleados que mejoren su rendimiento. Esta medida comenzó a funcionar en enero y logró un éxito inmediato, ya que consiguió que se redujese un 45% el ausentismo laboral. Los empleados del Estado tienen ahora su sueldo dividido en una parte fija y en otra variable, condicionada a la calidad y cantidad de su trabajo. La responsabilidad de decidir quién cobra más y quién menos recae en los dirigentes de las administraciones públicas, que cuentan con unas tablas para medir la productividad de sus subalternos. No deben descuidar su labor, ya que ellos mismos pueden ser sancionados o premiados por los inspectores del Ministerio. La cruzada de Brunetta contra los «fannullonni» (los trabajadores que no hacen nada) ha soliviantado a las agrupaciones médicas, que se sienten víctimas colaterales de la lucha. «Se trata de una medida con fines mediáticos. El médico debe dar la precedencia a lo que dice el paciente. Lo que hay que hacer es aumentar los niveles de responsabilidad y los controles», afirma Amedeo Bianco, presidente de la Federación de Colegios Médicos. «El médico debe creer al paciente y el paciente al médico. Una visita no es suficiente para decidir si una jaqueca es una tontería o el inicio de algo serio», explica un galeno citado por «La Repubblica». Además de las multas económicas y las condenas de cárcel si fingen una enfermedad, los 3,6 millones de italianos empleados por el Estado también deben afrontar otros peligros en caso de que se escaqueen de su trabajo. Si el Parlamento aprueba la propuesta de Brunetta, la acumulación de ausencias injustificadas supondrá el despido inmediato. El mismo resultado tendrá el rechazo sin motivo a un traslado, haber mentido en el currículum o mostrar un rendimiento insuficiente de manera continua.Absentismo en el museoEn el Museo de Nápoles se ve por qué siempre se asocia «funcionario» a «holgazán». El turista descubre varias salas cerradas. «Nos falta personal», responden los responsables. Sin embargo, hay empleados suficientes, pero reunidos en unas pocas salas donde charlan, ríen y juegan con el móvil.
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