Jubilación
Japón: un veterano en el gasto público
Japón anunció la semana pasada su tercer «plan de estímulo» consecutivo en menos de seis meses. Aunque todavía falta el visto bueno definitivo en el Parlamento, esta vez se habla de unos 109.000 millones de dólares. Nada nuevo para el país industrializado que más veces ha intentado reactivar su economía a golpe de talonario en las últimas décadas. Si existen ciertas novedades, es en la fisionomía de los nuevos planes, marcados por el fracaso de experimentos anteriores. Con la vista en el pasado, Japón está dedicando ahora una mínima parte de sus esfuerzos a obras públicas o empleos temporales, centrándose por el contrario en ayudas a empresas y bancos; y en recortar tasas e impuestos. La segunda economía del mundo no aplacará la crisis con cemento, entre otras cosas, porque ya no hay espacio donde ponerlo. Es el saldo de dos décadas de «carreteras a ninguna parte», como muchos economistas nipones bautizaron los esfuerzos realizados en los 90 para superar el pinchazo inmobiliario.
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