Hollywood

Julia Roberts «Con tres hijos no tengo tiempo de seguir la campaña electoral»

La Razón
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Reyes González

 

Hace cuatro años se tomó un descanso y dejó el plató a un lado. Casada con el cámara Danny Moder y madre de tres hijos, la actriz regresa de la mano de Mike Nichols, que ya la dirigió en «Closer». En «La guerra de Charlie Wilson» interpreta a una acaudalada sureña, Joanne Hearring, y comparte planos con Tom Hanks (metido también en labores de producción), que da vida al protagonista del filme, y Philip Seymour Hoffman (candidato al Oscar como actor secundario) en una historia sobre la invasión soviética de Afganistán y el papel que jugó el congresista Wilson en aquel episodio. «Cada momento que Julia está en la pantalla es eléctrico. La química entre ella y Hanks sorprende», dice Nichols de la intérprete.

-Usted dijo hace unos años que «El informe pelícano» cambió el rumbo de su carrera. ¿Dónde encaja en su trayectoria «La guerra de Charlie Wilson»?

-Volver al cine y hacerlo de la mano de Mike Nichols ha sido un honor. Abandoné mi trabajo durante un tiempo y me despedí del cine con él y ahora regreso de su mano. Es un gran director y ha sido capaz de captar el humor, el tono y el ritmo de esta historia de forma brillante. Todos los protagonistas son personajes fuertes y con mucho carácter.

-¿Cree que su posición privilegiada en Hollywood conlleva ciertas responsabilidades?

-No lo veo así. Pienso que es importante mantener una relación directa y personal con quien se trabaja, en este caso, con Tom Hanks y Seymour Hoffman. Me resulta interesante relacionarme con la gente que tengo alrededor para hacer un buen trabajo y creo que eso es algo que se ve en el filme.

 

DE UN TIRÓN

-¿Fue su buena relación con Hanks una de las razones por las que decidió aceptar el papel?

-Así es. Tom me llamó y fue directo al grano: «Hola, tengo algo que deberías leer», me espetó. Acto seguido me envió el guión que Aron Sorkin había escrito basado en el libro de Crile. Me pareció muy interesante, lo leí en una noche y cuando Tom me comentó que había aceptado el papel de Wilson y supe que Philip estaba embarcado en el proyecto me lancé. No tuve ninguna duda.

-¿Qué es lo que le resultó más atractivo de Joanne Herring, el personaje que interpreta?

-Que está absolutamente convencida de sus ideales, la pasión que demuestra a la hora de influir en los demás y cambiar sus opiniones. Ella sabe cómo negociar, la manera de hablar con quienes la rodean, de tratar a los demás, es una mujer admirable.

-¿Por qué prefiere no conocer a las mujeres reales que interpreta?

-Porque soy muy impresionable. Encarnar a alguien real, de carne y hueso, no me intimida. La línea que separa la imitación de la interpretación es demasiado fina y hay que tener cuidado para no traspasarla. No obstante, me documenté para acercarme más a Joanne, pero a través de Charlie Wilson: de él visioné documentales y estudié su perfil biográfico en el programa «60 minutes». Joanne Herring me pareció fascinante, fantástica, muy educada y, sobre todo, que vestía de manera impecable.

-¿Sería capaz de hacer como la Garbo, abandonar su carrera en la cima del éxito y vivir alejada del lujo y el «glamour» de Hollywood?

-Entiendo lo que ella hizo, aunque yo, afortunadamente, puedo al mismo tiempo trabajar y estar lejos de los focos. Dedico tres meses a rodar una película y varios a su promoción. El resto del año vivo aislada de mi imagen pública, dedicada a mi familia y a mis amigos.

-¿Qué está leyendo ahora? ¿Sigue la campaña electoral de cerca?

- Sobre mi mesa está «Leonardo, el terrible monstruo», un libro para niños de Mo Willems. En cuanto a la campaña, me veo forzada a verla por televisión, aunque, si te digo la verdad, no hay demasiado que ver. Creo que vivimos un momento histórico en Estados Unidos, sin embargo te confieso que con tres hijos me cuesta estar al día de todo lo que ocurre.

- ¿Ha cambiado su forma de trabajar desde que es madre?

-Sí, de un día para otro. Una de las razones por las que acepté este papel fue porque me permitía regresar a dormir a casa cada día, un lujo.

-¿Cómo se enfrenta a la fama? ¿Le ha explicado a sus hijos que su madre es una estrella de cine?

-Son aún pequeños. Yo los trato como cualquier madre lo haría, es decir, con cariño y respeto. La vida es energía, e intento poner la mía en todo lo que hago para recibirla al mismo tiempo.