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Julianne Moore: «El éxito me ha llegado tarde»

Julianne Moore: «El éxito me ha llegado tarde»
Julianne Moore: «El éxito me ha llegado tarde»larazon

Creo que no nos quedamos ciegos, creo que estamos ciegos. Ciegos que ven, ciegos que, viendo, no ven». La cita es del libro de José Saramago «Ensayo sobre la ceguera», y dice la propia Julianne Moore que le conmovió «y quise seguir leyendo». Cuando le llegó el guión aceptó porque, dice, «sabía que me gustaría, que sería una experiencia única en mi carrera poder trabajar con Fernando Meirelles. Tenía tantas ganas de que me dirigiera...», confiesa.

-En un mundo de ciegos, su personaje, la mujer del médico, es el único que puede ver.

-Al principio, la mayor preocupación es su marido. Sin embargo, su capacidad de ver la aísla, pero al tiempo la convierte en líder. Creo que con este papel Saramago incorpora la idea de responsabilidad. Se pregunta quiénes somos y cuál nuestro peso en la relación con los demás.

-¿Le resultó difícil el rodaje?

-Me encantó. Es con el que más he disfrutado en mi carrera porque se trata de una producción internacional en el más amplio sentido de la palabra, ha sido financiada con dinero japonés, canadiense y brasileño. De los actores, sólo tres éramos norteamericanos; el resto habían nacido en México y Japón; el equipo de producción era uruguayo y el director, brasileño. Mark Ruffalo, Danny Glover, Alice Braga, Gael García Bernal..., todos formamos un grupo cohesionado. Trabajamos con absoluta comodidad. En el rodaje parecía que estabas en Naciones Unidas.

-¿Qué le atrajo de «A ciegas»?

-Trabajar con Fernando Meirelles. No había leído el libro de Saramago, pero escuché comentarios sobre su adaptación y uno de mis agentes me adelantó que me iban a ofrecer un papel en la película. Yo le dije que no bromeara porque no quería hacerme ilusiones. Y unos minutos después recibí una llamada con la oferta y me enviaron el guión. Hubiera hecho cualquier cosa con este cineasta.

-Llegó incluso a cortar su melena pelirroja y teñirla de rubio sin indicación del director.

-Supe que era lo correcto para el personaje. El pelo rojo te hace destacar, porque estás en minoría. Quería que ella no destacara.

-¿Posee Meirelles algún método de trabajo?

-Una de las razones por las que quise trabajar con Fernando es porque sus actores realizan trabajos tan sutiles que no estás seguro de que estén actuando. Me emociona no saber si es interpretación o simple comportamiento humano. Ése es su método.

-Parece encontrarse a gusto con los directores iberoamericanos. Primero fue Cuarón con «Hijos del hombre», y ahora «A ciegas».

-Me atrae por la novedad y porque dentro de esa corriente de directores que emerge, los latinos demuestran una frescura increíble. Desafortunadamente, en Estados Unidos la visión es cada vez más local, mientras que los latinoamericanos pueden tener una perspectiva bastante más global, y creo que esto tiene que ver con la manera de plantearse la existencia. Aquí vivimos de puertas para adentro.

-Parece que no se deja tentar por la fama y el éxito.

-Han llegado tarde a mi vida; supongo que de haberlo probado de adolescente habría reaccionado de otra manera. Soy una mujer que lo ha saboreado todo tarde: obtuve el carnet de conducir a los 27 años, mi papel más importante llegó a los 33, y tuve a mi primer hijo con 37.

-No es una actriz que esté omnipresente en el cine. ¿Selecciona mucho sus papeles?

-Así es. Trato de organizarme porque mi prioridad es la familia. La vida en pareja y la familia son emocionantes, contrariamente a lo que se suele pensar.

-El filme posee cierto tono apocalíptico. ¿Cree usted en el destino?

-El destino es algo que tarde o temprano debes aceptar, seas o no estrella de Hollywood. Era más supersticiosa de joven, pero cuando tienes hijos empiezas a aceptarlo como te llega. Pienso que las películas son un reflejo de la cultura y de la idea que tenemos de nosotros mismos. La cinta de Cuarón, «Hijos de los hombres», y ésta de Meirelles, por ejemplo, tienen que ver con nuestro miedo al futuro, al momento en el que estamos.