Operación Lezo

La Comunidad se querellará contra quien los acuse sin pruebas de espiar

Golpe sobre la mesa: González y Granados emplazan a llevar al juez cualquier dato sobre esta «gran mentira».

La Comunidad se querellará contra quien los acuse sin pruebas de espiar
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MADRID- Con barba de varios días, gesto serio y tono solemne comparecieron ayer en una rueda de prensa conjunta y multitudinaria Ignacio González, vicepresidente y portavoz del Gobierno regional, y Francisco Granados, consejero de Presidencia, Justicia e Interior, ambos protagonistas de la semana por el caso de los presuntos seguimientos y espionajes a altos cargos del gobierno regional publicado por «El País».
Tres días después de que este diario asegurara que la Consejería de Interior contaba con un «servicio secreto» formado por ex policías que presuntamente realizaban labores de espionaje a personajes públicos en sus actividades públicas y privadas (entre ellos al propio vicepresidente, a Manuel Cobo –vicealcalde de Madrid– y a Alfredo Prada –ex consejero de Interior y Justicia–), González y Granados quisieron dar juntos un golpe sobre la mesa.
Y es que, desde que este lunes se publicara el presunto caso de los espionajes, se cuentan por decenas las opiniones de todos los colores vertidas sobre los posibles espías y espiados. Opiniones y declaraciones que, desde la Puerta del Sol denuncian que no siempre han tenido en cuenta la presunción de inocencia, pese a que desde el principio se negó todas las informaciones.
Por ello, ambos exigieron y emplazaron ayer a «todas las personas, instituciones y medios de comunicación que tengan datos sobre esta gran mentira a que los pongan inmediatamente en conocimiento de la Justicia» y si no, advirtieron de que sus servicios jurídicos «actuarán contra quien haga imputaciones muy graves de delitos sin acreditarlas».
Que Gallardón rectifique
Lejos de rehuir del clásico frente entre la Comunidad y el Ayuntamiento que ha reabierto la publicación de los supuestos espionajes, el número dos de Esperanza Aguirre quiso referirse a las declaraciones realizadas por Alberto Ruiz-Gallardón sobre el caso. «Creo que estamos ante una situación muy delicada y que hay que ser muy cuidadoso con las declaraciones que se producen», le advirtió González. Se refería el vicepresidente a afirmaciones del alcalde como que «él jamás hubiera creado una unidad de espías en la Comunidad», o cuando ayer por la mañana el alcalde aseguró que «sabemos que las personas estaban adscritas a una unidad de la Comunidad autónoma pero no sabemos si lo hicieron siguiendo instrucciones», informa Nuria Platón.
El vicepresidente, que aseguró no tener ninguna duda sobre la palabra del consejero Granados, subrayó que «sin pruebas fehacientes no se puede hacer ninguna afirmación en el sentido de la que hizo el alcalde, y si se ha hecho, que rectifique». El vicepresidente, de nuevo, rechazó pronunciarse o especular sobre quién pudiera estar detrás de la trama aunque volvió a apuntar a alguien con capacidad económica para realizar un «montaje con el único objetivo de perjudicarme personal y políticamente», así como de perjudicar al Gobierno regional.
Un sólo caso de espionaje
El Consejero de Presidencia, Justicia e Interior, que por la tarde declaró a Onda Cero que nunca se le ha pasado por la cabeza dimitir, separó, dentro lo publicado, el espionaje a Ignacio González del supuestamente realizado a Cobo y a Prada de los que apuntó que «no están acreditados porque no contienen ni una sola prueba».
Asimismo, Granados aprovechó para advertir al vicealcalde Manuel Cobo, del mismo modo que hizo González a Gallardón, en cuanto a que si da por seguro que le han investigado es porque «sus servicios de contravigilancia o de protección» deben tener documentación que así lo pruebe, y en tal caso «sería muy relevante para la investigación, por lo que entiendo que lo ha puesto en el conocimiento de la Justicia».
Finalmente, Granados insistió en que «es una historia que no tiene ni pies ni cabeza» al argumentar que Marcos Peña, el técnico a su cargo que este diario entrevistó y señaló como el autor de los espionajes, no trabajaba en la Comunidad cuando supuestamente se hicieron los seguimientos a Prada y a Cobo, y «tanto él como yo hemos mandado sendas cartas de rectificación a "El País"», que aún no se han publicado.