La defensa perfecta

La defensa pudo con el ataque, la calidad no logró imponerse al rigor táctico y una de las semifinales de la Liga de Campeones se decidirá en Stamford Bridge. El duelo de ayer en el Camp Nou no sirvió para mucho. El Chelsea desconectó al equipo azulgrana con fuerza y un cerrojazo espectacular y los españoles no tuvieron soluciones para derribar la muralla. Los ingleses cuentan con la ventaja de su campo y el Barça tiene a su favor que por cada gol que marque, su rival necesitará dos. El grupo de Guardiola no consiguió sumar tantos, pero sí perdió jugadores. Márquez se lesionó él solo y se pierde lo que queda de temporada. Puyol, que empezó en el banquillo, vio tarjeta y tiene un encuentro de sanción.El Chelsea se sumó a la teoría de que dos no juegan si uno no quiere. La presencia de un holandés en el banquillo era una mentira y el conjunto inglés mostró en el Camp Nou las mismas armas que cuando su técnico era Mourinho. Es como si estuviera en sus genes de equipo, como si no supieran hacer otra cosa, lo mismo que el Barça sólo sabe atacar. Después de los primeros cinco minutos, el sistema táctico de Hiddink fue claro: 1-9-1. El portero, más nueve «defensas», más Drogba por allí adelante, solo, muy solo, a cazar una que únicamente podía llegar con un error. Y llegó. Márquez se equivocó al intentar dar el balón a Piqué y el marfileño se quedó delante de Valdés. Primero tiró a derribar a Víctor, al muñeco, y después el portero le sacó el intento de regate. Fue el único disparo a puerta del Chelsea en todo el encuentro y el momento en el que el Barça se puso más nervioso.Hasta ahí, todo lo había hecho el equipo de Guardiola, al que hay que valorar su intención de jugar siempre a buscar al rival. Alrededor del balón, el Barcelona empezó a montar un ataque tras otro, pero todos acababan en las manos de Cech sin problemas. El meta, una vez que tenía la pelota en su poder, sólo miraba al compañero que tenía más lejos, a Drogba, para darle un pelotazo. Entre ellos dos, había nueve peones cuya principal labor era no perder el sitio. Sólo Malouda se saltaba el guión con algún regate. Al conjunto español quizá le faltó paciencia para elaborar las jugadas. Todo podía haber cambiado si Etoo hubiera acertado en un cabezazo que tuvo nada más comenzar el partido. Con un gol en contra, el Chelsea hubiera jugado a otra cosa, pero... El equipo de Guardiola fue metiendo a los ingleses cada vez más atrás, pero nunca consiguió que se sintieran incómodos. La acumulación de hombres en poco terreno de juego reducía los espacios y aumentaba su tranquilidad. Cuando tenían que hacer una falta tampoco había problema. Juego agresivo sin llegar a la violencia. Futbolistas como Ballack, que es un broncas pese a su calidad, o Lampard aceptan su papel gris sin rechistar. El Barça notaba la poca participación de Messi. El argentino abandonó la banda derecha en la segunda parte para irse al centro, pero por ahí tampoco encontró el sitio. Bosingwa le persiguió todo el rato.El Chelsea maniató al Barça de forma parecida a como lo hizo el Valencia en Liga. Al equipo catalán le falta frescura para superar a rivales tan replegados y disciplinados, porque el Chelsea no es el primero que lo intenta y los otros se fueron goleados. El Barça no tuvo paciencia y empieza a notar el cansancio físico de un año largo. No está muerto, pero le falta ese punto necesario para que una pared funcione y deje a un jugador solo contra el portero. El más tenso fue Alves, que estuvo en todas las peleas y se jugó la amarilla que le hubiera impedido disputar la vuelta. Los chispazos de Iniesta no eran suficiente y el poderío del Chelsea se empezó a imponer en la segunda parte. Correr no es un problema para Essien ni Obi Mikel, jugar al fútbol es otra historia. De todas formas, Touré Yaya logró plantarles cara.Las ocasiones no llegaban y Guardiola optó por Bojan. Quitó a Etoo. El canterano tuvo la ocasión más clara en un cabezazo a centro de Alves. El Barça notó el esfuerzo, pero también el Chelsea. Con el partido roto en los últimos minutos llegó la ocasión de Bojan y otra de Hleb, que no supo resolver. El bielorruso juega poco y no sabe aprovechar sus oportunidades. La gran semana del Barcelona empieza con problemas. Un año después, se quedó sin marcar en el Camp Nou. Tendrá que hacerlo en Stamford Bridge para llegar a la final.