Bruselas

La eutanasia ya es un «tratamiento normal» en los hospitales belgas

La eutanasia ya es un «tratamiento normal» en los hospitales belgas
La eutanasia ya es un «tratamiento normal» en los hospitales belgaslarazon

La eutanasia se aplica sin cumplir la ley, lo que ha facilitado su equiparación con un «tratamiento normal». Ésta es la conclusión de un estudio que analiza la aplicación de este procedimiento en Bélgica, siete años después de que este país se convirtiera en el segundo del mundo en legalizarla, tras Holanda.De acuerdo con la investigación de la Universidad Católica de Lovaina, la eutanasia se ha normalizado y se ha convertido en exigencia de los pacientes. No obstante, el autor del trabajo, Herman Nys, recuerda que la ley no habla de «derecho a la eutanasia».Según el texto legislativo, aprobado en 2002, la eutanasia se podrá practicar en aquellos pacientes con «sufrimientos físicos o psíquicos constantes e insoportables», siempre que sean mayores de edad y estén en condiciones de entender y decidir. Además, deberá solicitarse de forma escrita y el pedido debe ser «voluntario, reflexionado y reiterado». El médico deberá verificar la magnitud de la enfermedad y del sufrimiento que causa, y deberá informar al paciente «sobre las posibilidades que ofrecen los cuidados paliativos». Sin embargo, según el estudio, estas condiciones no se cumplen habitualmente, al ser las enfermeras las que la aplican, al considerarse suficiente una petición oral y al ser los familiares los que solicitan la eutanasia.Por otra parte, el hecho de que sean las personas más cercanas las que realizan la petición ha llevado a que se vean solicitudes de eutanasia para niños pequeños, según critica Nys.Menores de edadEl hecho de incluir menores dentro de los sujetos que podrían recibir una muerte provocada ha abierto un polémico debate en Bélgica. Así, mientras algunos expertos critican la mala aplicación del texto actual, grupos políticos como los socialistas y los liberales en el Senado defienden una revisión de la ley para incluir a los menores de edad, personas que sufran enfermedades cerebrales degenerativas y ancianos.La aplicación de la norma a lo largo de estos siete años no ha estado exenta de casos controvertidos. El último se produjo al rechazar la solicitud de una nonagenaria, que no sufría una enfermedad incurable, y que se puso en huelga de hambre como protesta. «No tiene nada que ver con la eutanasia», opinó entonces el senador democristiano Wouter Beke, quien añadió que «se trata de decidir si nosotros, como legisladores, debemos ayudar a morir a una persona fatigada de vivir, permitiéndole realizar un suicidio médicamente asistido».