Burgos

La falsa pureza

La Razón
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La última ofensiva terrorista demuestra, cruelmente, que ETA sigue con la intención de matar. Quiere y puede. Y lo hace con alevosía indiscriminada, sin seleccionar a sus víctimas, sin importarle otra cosa que la barbarie. Aun con los éxitos policiales recientes, mantiene infraestructura para sus propósitos. Los últimos zarpazos etarras en Burgos y Mallorca son la respuesta al Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo sobre la ilegalización de Batasuna y sus «marcas blancas». El control de ANV en los ayuntamientos engrosa las arcas del dinero. Su salida es un mazazo. Ahí les duele y debilita.Es evidente que la pureza ideológica de ETA y sus proclamados fines de autodeterminación e independencia brillan por su ausencia. Es una organización mafiosa que necesita dinero para sus crímenes. El entorno «abertzale» que les apoya no tiene ninguna base política, sino crematística. Su cada vez menor respaldo, con la irrupción de Aralar, que sí condena la violencia, y la lista de descerebrados junto a un personaje como Alfonso Sastre, al frente de Iniciativa Internacionalista, revelan un sustrato nada idealista, puramente pecuniario.Es la estrategia de los verdugos a sueldo. Por ello, el Gobierno debe acompañar su política policial con el cerco a los sectores radicales, cada vez más jóvenes y fanáticos, y las finanzas de la banda. El error de ANV les permitió un respiro económico que ha de cercenarse por completo. Porque las esencias puras de ETA son sanguinarias y claramente falsas.