España
La financiación Baldomera
Mariano José de Larra era un soñador, creía que los problemas de España tenían solución, y para ello se dedicaba a satirizar a todo lo que se movía, confiando en terminar, a golpe de acrimonia y sarcasmos variaditos, con cualquier ser vivo ineficiente de la política, las instituciones y el vulgo de su época (o sea, con todo el mundo). Era un tocanarices de primera. No tuvo suerte en el amor. Vivía en un país lamentable (no sé si teníamos una mayoría social progre en el siglo XIX, pero lo cierto es que el país progresaba más bien poco). Se pegó un tiro, el pobre Mariano. Tan joven. Dejó tres hijos: un libretista de zarzuelas; una fogosa amante de Amadeo de Saboya, que era un rey progresista, masón, licencioso y con fama de gafe: lo tuvimos un rato como monarca y salió por piernas dando paso al disparate de la I República Española; también tuvo Larra una hija que le salió inversionista, pero al estilo de Madoff, se llamaba Baldomera y, los inconvenientes que su padre nunca logró ver superados en España y en el «carácter español», ella los resolvió montando una estafa piramidal que ocupó páginas hasta en la prensa extranjera y que la condujo a la cárcel. El negocio de Baldomera Larra era sencillo: tú me traes una onza de oro y en un mes te devuelvo dos. Es lo que se llama el Esquema Ponzi: grandes beneficios de origen incierto, un número de inversores crédulos y codiciosos que va creciendo a toda velocidad y permite pagar a los primeros inversores… Le salió bien, por un tiempo, a Baldomera; le dio resultado a Ponzi, un inmigrante italiano de la década de los años 20 del siglo XX, que al igual que Madoff, organizó una gran estafa piramidal millonaria en los felices años 20, poco antes de que estallara la Gran Depresión… Y, ahora hablando de financiación autonómica: como Zp no utilice el método Baldomera/Ponzi/Madoff… no sé cómo le van a cuadrar los números de ese gubernamental padecimiento: la referida financiación.
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