Valencia

La miseria aún no ha tocado fondo

Lo peor está por llegar. Así lo creen los responsables de una entidad que reclama ayuda a las empresas.

La miseria aún no ha tocado fondo
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Las situación «no ha tocado fondo», los casos de personas que necesitan recurrir a los servicios sociales y entidades de caridad para subsistir son cada vez más y lo peor está por venir. La Casa de la Caridad de Valencia vaticina tiempos peores a los actuales, de hecho cree que el próximo mes de octubre aumentarán en un centenar, hasta 600, las raciones de comida que reparten cada mediodía en su comedor.
El presidente de esta entidad, Antonio Casanova, presentó ayer un descorazonador balance de los servicios que prestan y que en el último año han aumentado de manera considerable. Así, explicaron que en 2008 se realizaron 217.000 actuaciones con las personas más necesitadas, con lo que la distribución de alimentos aumentó más de un 33 por ciento respecto a 2007.
Peligro de exclusión social
En cuanto al futuro más próximo, según Casanova, si el Gobierno central no toma medidas como ampliar los subsidios por desempleo, la situación podría agravarse hasta tal punto que personas que hasta ayer mantenían una vida normal, podrían engrosar las listas de aquellos en peligro de exclusión social y dormir en la calle a falta de recursos propios. «Antes, la mayoría de usuarios eran personas ‘sin techo' y con problemas de alcohol o drogas, ahora son personas normalizadas sin recursos económicos».
De hecho, ya se están comenzando a dar situaciones hasta ese momento nunca vistas, como la visita de familias enteras que destinan el poco dinero que tienen a pagar facturas y deben recurrir a la caridad para comer.
En la parte positiva, el presidente de esta entidad destacó el apoyo del pueblo valenciano, «que se ha volcado a pesar de los tiempos de crisis». En este sentido, comparó la solidaridad actual con la que se experimentó en 1938, en plena Guerra Civil, cuando aumentaron las donaciones particulares.
Menos contento, no obstante, se mostró respecto a la actuaciones de las empresas, algunas de las cuales «deberían estar y no están, a pesar de que están presentes en todos los foros económicos y que aquí, brillan por su ausencia. No creo que 1.500 euros al año suponga una gran debacle en sus cuentas».