Alicante
La playa páramo de invendibles
Construidas en la costa en pleno «boom», ahora son casi imposibles de colocar por su elevado precio y mala ubicación.
MADRID- Casi la mitad del «stock» de viviendas nuevas sin vender está en la costa levantina. A muy pocos expertos del sector les extraña. Durante el «boom» de la construcción de finales del siglo pasado y principios de este, muchos pensaron que si el potencial comprador era extranjero, levantar una urbanización de cualquier forma y en cualquier lugar era una forma segura de ganar dinero. Vamos, que lo mismo daba edificar un complejo de lujo en medio del desierto que en primera línea de playa en Benidorm o Gandía. La resaca de aquella irracional borrachera constructora son cientos de complejos invendibles diseminados por la costa española. Y no tan en la costa. Un promotor pensó que Jerez sería un estupendo destino para el turismo británico. Por ello, levantó un proyecto con dos campos de golf y viviendas de 400 metros cuadrados, tres plantas y 900.000 euros de precio. Estudio deficienteLo que el empresario no tuvo en cuenta, explica un consultor del sector, es que, además del elevadísimo precio de los chalés, 200 kilómetros son muchos para recorrer hasta la playa, que dos campos de golf eran insuficientes y que las comunicaciones con Jerez, desde el punto de vista británico, son más que deficientes. «Para los ingleses, sólo existen cuatro aeropuertos en la costa española: Mallorca, Barcelona, Alicante y Málaga», explica la fuente antes citada, que sentencia de forma categórica que cualquier proyecto dirigido a clientes extranjeros que se salga del área de influencia de estas cuatro ciudades está condenado de antemano a un casi seguro fracaso.Precisamente, los 231 kilómetros que separan el aeródromo de Alicante de Castellón se han convertido en ruinosas promociones de apartamentos turísticos de 120 metros cuadrados y 600.000 euros de precio.A la mala ubicación geográfica del proyecto en cuestión se unió que la oferta de residencias de verano en esa zona es muy amplia «y mucho más económica» que la que ofertaba el empresario.La proximidad a uno de los cuatro nudos aéreos antes citados tampoco garantiza el éxito por sí sola. Otro experto de una consultora internacional explica que en localidades del sur de Alicante como Orihuela o Torrevieja se levantaron varias urbanizaciones con el solo reclamo del sol. «Se construyeron en medio de la nada, con precios desorbitados, de primera línea de playa, cuando estaban entre la sexta y la octava línea», explica. Y claro, ahora no hay forma de venderlos. La sensación que se apoderó de los constructores de que cualquier proyecto era viable en cualquier lugar y circunstancia llevó a uno de ellos a concebir uno cuanto menos rocambolesco: levantar una urbanización en un páramo extremeño para vendérselo a turistas británicos.Antes de empezar, un consultor se desplazó desde las Islas para estudiar las posibilidades del proyecto. Y su respuesta no pudo ser más concluyente: un complejo «in the middle of nowhere» –en medio de la nada–, mal comunicado y sin servicios básicos, ¿que interés puede tener para un mercado como el extranjero?
OFERTAS DE LUJOPara aquellos a los que la crisis haya dejado intactos el bolsillo y el ánimo y aspiren a algo exclusivo, el mercado sigue ofreciendo viviendas de lujo. Eso sí, con precios de siete dígitos. En pisos.com se puede encontrar, por ejemplo, un chalé vanguardista de 389 metros cuadrados en Cala Finestrat (Alicante) por 2,5 millones de euros. En Palma de Mallorca, en la zona del Portixol, y por 3,1 millones de euros, se puede adquirir una vivienda de 380 metros cuadrados y 5 suites.Pero la palma se la lleva, sin duda, una vivienda de 2.000 m2 situada en la localidad madrileña de Majadahonda. Su precio: 7,3 millones. Sus características: dos plantas, biblioteca, amplios salones y comedores, 8 dormitorios y 10 cuartos de baño, además de una impresionante bodega.
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