Irán

La revolución de las mujeres

La Razón
La RazónLa Razón

Toda revolución necesita un símbolo que la inmortalice para la posteridad y, sarcásticamente, en la teocracia de los ayatolás de Irán, donde ser mujer es un castigo divino, el icono será para siempre una chica de 16 años, libre. No es casual el asesinato de Neda. Joven, guapa, sin velo, entregada al arte de la música, en una sociedad cuyas mujeres viven como ciudadanos de segunda, espiadas por la policía de la moral. Las iraníes, por ley, tienen que vestir velo para cubrir su cabello y sayales para desdibujar sus formas. Y por ley, heredan la mitad que los hombres, no tienen derecho al divorcio y pierden la custodia de los hijos mayores de 7 años. ¡Cómo no iban a votar ellas, masivamente, por el cambio! En cualquier momento les quitarán el voto. Porque las mujeres han sido las artífices, primero, de hacer la revolución en las urnas, y luego en la calle. Ellas votaron por la libertad y auparon a la victoria robada al opositor que les había prometido igualdad. Bellos conceptos que, mucho me temo, morirán aplastados en este envite bajo las botas de la milicia islámica de los clérigos, apagados como Neda, bajo las bayonetas que se amparan en la ley de Dios. Las mujeres iraníes se han levantado para hacer una revolución de terciopelo, y sólo ellas, quien sabe cuando, volverán a hacerlo para acabar con la tiranía.Echo de menos a las feministas «profesionales» en España, a las mismas que antes protestaban contra los malos tratos en tiempos del PP y ahora, ignorando datos, imágenes y desigualdades, se dedican a hacerse fotos sonrientes junto a Zapatero. Las mujeres iraníes serán aplastadas, a pesar de las voces de Obama, Brown, Merkel y Sarkozy, a quien por cierto se le ha cruzado en el tiempo el interesante debate de la condena al burka. Mientras, aquí, en España, todo es silencio, a pesar de tener un ministerio de igualdad, un gobierno paritario, y un presidente rojo y feminista. Sólo los más jóvenes, los hijos de los activistas del 68, se cruzan la imagen de Neda por internet para condenar su asesinato. Los padres, progres de pacotilla, mascan la injusticia en silencio.