La Sala reprocha a Garzón que abriera la causa contra el franquismo pese a que los imputados están muertos

Madrid- El juez Baltasar Garzón no debió abrir una investigación sobre las desapariciones de la Guerra Civil teniendo en cuenta que todos los imputados -Francisco Franco incluido- están muertos, por lo que «no hubo causa penal» contra ellos «en momento alguno». Éste es uno de los argumentos esgrimidos por la Sala de lo Penal para rechazar que el magistrado fuese competente (como finalmente él también admitió a regañadientes) para instruir la causa. En un auto hecho público ayer, los magistrados mantienen que el delito al que se acogió su compañero para justificar su competencia -el delito contra altos organismos de la nación que habrían cometido los alzados contra la República- no fue tal, sino un delito de rebelión «que nunca ha sido competencia de la Audiencia Nacional». Sin embargo, añade, la falta de competencia de Garzón «no implica la nulidad» de todas las actuaciones llevadas a cabo por el magistrado. Las anteriores al pasado 16 de octubre (cuando el juez se declaró competente para la investigación) no se discuten. Las posteriores, añaden, «quedan sin efecto», incluido el auto en el que finalmente se inhibió en favor de los juzgados territoriales. Con una salvedad, aquellas necesarias para comprobar el delito o consideradas «de reconocida urgencia». En un voto particular concurrente, el magistrado Javier Martínez Lázaro mantiene que los delitos investigados «revisten la apariencia de crímenes contra la humanidad» al margen de que no sean perseguibles penalmente porque sus presuntos responsables han fallecido. Más críticos se muestran los tres magistrados de la Sala de lo Penal que firman un voto discrepante (José Ricardo de Prada, Clara Bayarri y Ramón Sáez), que critican la actuación «compulsiva y duplicada» de la Fiscalía de la Audiencia Nacional en este asunto. Para ellos, la Sala de lo Penal no es competente para resolver la controversia y niegan que pueda afirmarse que todos los supuestos responsables hayan muerto.